Veamos algunas serendipias famosas:
- Hugh Williams. El 15 de diciembre de 1664 se hunde un barco frente a las costas de Gales. Mueren 82 personas, y hay un solo superviviente llamado Hugh Williams. El 5 de diciembre de 1785 ocurre una nueva desgracia náutica. Sesenta personas fallecen, y sólo hay un superviviente cuyo nombre es Hugh Williams. El 5 de agosto de 1860, en las costas escocesas, ocurre otro naufragio. Todos pierden la vida, excepto una persona llamada... Hugh Williams.
- Edgar Allan Poe. Este escritor estadounidense, nació en Boston el 19 de enero de 1809. En 1850 escribe Las aventuras de Arthur Gordon Pym. Este relato es la historia de un naufragio próximo a las islas Malvinas. En esta pericia solamente sobreviven en una balsa cuatro personas. Desesperados por el hambre, echan a suertes quien será la víctima que les servirá de alimento. Pierde un grumete llamado Richard Parker. En 1884, una goleta británica naufraga cerca de las islas Sandwich del Sur. Hay cuatro supervivientes. Como si la realidad estuviese imitando a la ficción del modo más macabro, también echan a suertes quien deberá morir para que los demás sobrevivan. El desdichado, es un grumete llamado... Richard Parker.
- Morgan Robertson (1861-1915) desconocido escritor y antiguo marinero, en su libro Futility, narra como un barco llamado Titan naufraga. Dicho libro fue escrito en 1898, 14 años antes del naufragio del Titanic, y las coincidencias son asombrosas. De entrada, el nombre de ambos barcos, el hecho de hundirse ambos en su viaje inaugural. Sus dimensiones similiares (75000 toneladas y 66000, 243 m de eslora y 268) o el apellido del capitán en ambos casos (Smith). Morgan Robertson declaró durante toda su vida que su inspiración venía de un "colaborador astral",
- Humberto I de Italia. Humberto I nace el 14 de marzo de 1844 en Turín. Un 29 de julio de 1900 visita un restaurante en Monza. De inmediato le llama la atención el gran parecido físico del dueño de dicho restaurante con su propia persona, al punto que entabla conversación con él. De este modo se entera que ambos se llaman igual, Humberto, y que los dos han nacido en Turín. La esposa de su extraño gemelo comparte también el nombre con la suya, Margherita. El restaurante se inauguró el mismo día que a él le proclamaron rey. Todas estas coincidencias dejan asombrado al monarca, que decide invitar a su nuevo amigo a un festival atlético al que debe asistir. Pero su deseo no se verá cumplido ya que, mientras espera a su invitado, le dan la sorprendente noticia de que al dueño del restaurante le acaban de asesinar. Poco después, el rey Humberto I moriría asesinado de un disparo por el anarquista Gaetano Bresci.
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