
Es una planta perteneciente a la familia de las Solanáceas, prima lejana del gingseng, a la que siempre se le atribuyeron propiedades mágicas. Crece en lugares sombríos y tiene raíces gruesas, el tallo es de color oscuro, posee hojas anchas con superficie rugoso del mismo color del tallo y sus flores son de un blanco violáceo.

La mandrágora aparece a lo largo de la historia en distintas representaciones. Se supone que Julieta ("Romeo y Julieta"), empleó un elixir preparado con mandrágora para fingir su muerte. Además cuando juzgaron a Juana de Arco, se la acusó de usar esta planta como disparador para oír voces. Aparece también en la Biblia: Raquel, quien era estéril, fue madre gracias a una infusión de mandrágora.
La mandrágora es una hierba muy delicada, necesita estar permanentemente a la sombra, tener el abono indicado y crecer en las condiciones adecuadas. Para cortarla hay que tener en cuenta la hora: si se corta a la noche, el frío le afecta; si se corta a la mañana o al mediodía debajo del sol, la salvia se seca. La hora correcta es la tarde ya que absorve los líquidos sin problemas.
Primero Teoflastos y luego Plinio, describieron las extrañas ceremonias que era necesario seguir para recolectar la mandrágora. En la antigüedad, Hipócrates aconsejaba su empleo para la melancolía y para combatir los impulsos suicidas; se la consideraba un buen remedio y los consejos que da el padre de la medicina se deben a varios usos señalados por Homero.
Los Caldeos que se dedicaban a las ciencias, astrología, magia, astronomía y medicina la denominaban jabínhim y le otorgaban más virtudes mágicas que medicinales; allí se explica el sueño extático de los adeptos y los secretos de la iniciación, ya que fantásticas revelaciones rodeaban generalmente los comienzos de una carrera prohibida a los profanos, también se consideraba al Dudhaim considerado en las Santas Escrituras como la misma sustancia que los sirios llamaban Yabruhe y los árabes Ya brunck y se dice que no es otra que la mandrágora descrita por Linneo como Atropa Mandrágora.
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