jueves, 30 de octubre de 2008

La política


   Si se diese con un gobernante sabio, justo, prudente, honrado y generoso, el pueblo que lo encontrara podía desentenderse de muchas preocupaciones políticas y desmontar gran parte de la maquinaria del Estado, algunos de cuyos principales elementos están engranados con la única finalidad de que los ejercientes del Gobierno se controlen unos a otros, conteniendo recíprocamente sus respectivos abusos, ya que todo poder sin freno tiende de manera fatal al despotismo. Pero el ser adornado de tan excelsas, variadas y dilatadísimas virtudes, no sería un hombre, sería un dios, y a los dioses se les ocurre bajar a la tierra muy de tarde en tarde, a causa, sin duda, del mal trato que aquí les damos y que ellos no pueden o no quieren evitar.
Indalecio Prieto

Exprimido


Toni Batllori

miércoles, 29 de octubre de 2008

La primera piedra

Pedro  Casanave nació  en Navarra, España. Fue el decimotercer hijo de Bartolomé Casanave que era un agricultor, hombre de negocios y Jurista. Llegó a los EEUU en 1785 con 200 libras y apenas conocía la lengua de Shakespeare, pero contaba con inmejorables referencias, ya que su tío Juan de Miralles había ejercido como enlace entra la corona española y los insurgentes americanos durante la Guerra de la Independencia. 

Se casó con Nancy Ann Young hacia 1792. Nancy Ann era hija de Notley Young  (uno de los hombres más influyentes de Georgetown) y Eleanor Diggs.

Pedro, más conocido como Peter Casanave, llegó a ser un próspero hombre de negocios, Maestro Masón,  el quinto  alcalde de Georgetown y fue su mano la que colocó la primera piedra de la Casa Blanca. 

La Casa del Presidente

Fue el primer edificio público que se erigió en Washington. En 1790, los Comisionados de Distrito celebraron una convocatoria, buscando diseños para la futura mansión ejecutiva. Un premio de 500 dólares sería adjudicado al arquitecto ganador. Participaron cientos de arquitectos, entre ellos Thomas Jefferson, quien presentó su diseño de forma anónima. 

Sin embargo, El 18 de julio de 1792, la Comisión concedió a James Hoban, un joven inmigrante irlandés, los  500 $ y le invitó a que "supervisara y ejecutara la construcción de la Casa del Presidente". Hoban basó su diseño en el Leinster House de Dublín(1745-1748).

 A mediodía del sábado 13 de octubre de 1792, la taberna Fountain Inn de Georgetown –hoy uno de los barrios más prominentes de Washington D. C.– era un hervidero de gente. Multitud de vecinos y curiosos de la localidad habían acudido hasta allí atraídos por la ceremonia de colocación de la primera piedra de la que iba a ser la «Casa del Presidente», hoy más conocida como Casa Blanca. Entre la multitud destacaban un grupo de hombres, ataviados con vestiduras y parafernalia masónicas, que iniciaron la marcha hasta el lugar previsto para la construcción. Una vez en el punto exacto, el Maestro de la Logia nº 9 de Maryland, Peter Casanave, ofició la ceremonia, colocando la piedra fundacional en la esquina suroeste del solar, pronunciando una oración y depositando una placa metálica que conmemoraba la ocasión en la que decía:  

"Esta primera piedra del Presidente de la Cámara 

fue colocada el 12 de octubre 1792, y en el 17 º Año 

de la Independencia de los Estados Unidos de América "

martes, 28 de octubre de 2008

La infanta republicana

Eulalia de Borbón, una mujer culta, valiente, rebelde y provocadora. Nieta, hija, hermana y tía de reyes,  tía bisabuela del rey Juan Carlos, fue la hija menor de Isabel II y hermana de Alfonso XII.

Nació en la asfixiante corte madrileña de la segunda mitad del siglo XIX pero supo escapar del rígido protocolo de la monarquía. Fue en realidad una exiliada por voluntad propia casi toda su vida, y, en algún período, el exilio forzoso le vino, no de situaciones revolucionarias, sino de órdenes dictadas por la corte, escandalizada por su libertad de ideas y su fidelidad al sentido común.

Amiga por igual de casi todos los monarcas (dos generaciones, casi tres) de Europa en la misma medida que cultivaba la amistad no protocolaria con los mejores escritores y artistas del continente.

Tuvo una desgraciada boda impuesta por razones de Estado con su primo don Antoine de Orleáns. Su nueva situación le proporcionó, por fortuna, los medios para librarse del estrecho mundo cortesano y deambular por Europa. Tuvieron 3 hijos, a Alfonso "Ali", a Luís y una niña, Roberta, que no tardó en morir.

 Después de un viaje oficial por Cuba y Puerto Rico, al volver a Madrid, Antoine inició una aventura apasionada con Carmela Giménez-Flórez. Rodeaba a su amante de tales lujos que la gente empezó a llamar a Carmela, en tono socarrón, "la Infantona”. Eulalia enseguida buscó resarcirse con una relación bastante polémica con el conde Georg von Jametel, de origen centroeuropeo, provocando un escándalo que la acompañó para siempre. Al final, Antoine y Eulalia se separaron de hecho en 1895, pero la separación no fue un asunto oficial hasta 1900.

Mal vista en España, fija su residencia en París, su verdadera patria afectiva, donde se había educado de niña y donde, gracias a la culta y liberal familia Orleans, encontró espíritus afines.

La publicación en París de Au fil de la vie (1911), donde abogaba por el divorcio y la emancipación de la mujer, desató la ira de su sobrino, el rey Alfonso XIII y, entre otras razones, le valió una pena de destierro que duró toda una década.

Fue una viajera incansable y recorrió medio mundo, desde Estados Unidos y Cuba (donde acabó convirtiéndose en defensora de las reivindicaciones de los revolucionarios cubanos), hasta Rusia, Noruega o Suecia; viajes en los que trató con personalidades como el káiser Guillermo II de Alemania, Francisco José de Austria, Napoleón III y hasta el zar de Rusia.

El criterio que subyace siempre en sus puntos de vista es que cualquiera que rompa con las tradiciones inútiles, con los conservadurismos absurdos, con las ataduras que impiden la existencia de una sociedad más abierta y el triunfo del mérito sobre los privilegios de la sangre, merece su reconocimiento.

Pasó los últimos años de su vida en una villa en Irún, donde falleció en 1958 a la edad de 94 años.

Pensar y sentir

El comportamiento humano es el producto de una fascinante interacción de los factores ambientales y genéticos.

Un equipo de politólogos estadounidenses dirigido por John Hibbing del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Nebraska han llegado a la conclusión, a través de un estudio, de que la gente que no se asusta fácilmente tiende a defender el pacifismo, el control de armas, el apoyo económico al Tercer Mundo y una política tolerante con la inmigración. Los más asustadizos, por el contrario, apoyan el patriotismo, el gasto en defensa, la guerra de Irak y la pena de muerte.

"La gente no sólo piensa en las cosas de manera diferente, se sienten las cosas de manera diferente".

Ésta es la primera vez que un estudio logra vincular las fuentes de las preferencias políticas con los mecanismos biológicos.

Y este vinculo, dicen los expertos, podría transformar la forma como la ciencia política y la ciencia social estudian el origen de esas preferencias.

De globo

lunes, 27 de octubre de 2008

lunes, 20 de octubre de 2008

sábado, 18 de octubre de 2008

Espejo natural


 Situado en el altiplano de Bolivia, el Salar de Uyuni, no sólo es el mayor desierto de sal del mundo sino que constituye un gigantesco espejo natural. Durante la estación húmeda, las lluvias dejan una finísima capa de agua sobre la llanura, lo que provoca uno de los espectáculos naturales más hermosos de la Tierra.
La superficie de este desierto se extiende a lo largo de 12.000 kilómetros cuadrados y alberga alrededor de 64.000 millones de toneladas de sal. La incidencia de la luz sobre la superficie mojada provoca la sensación de estar caminando sobre el cielo.

La inmensa llanura es el resultado de la retirada del gran mar que llenaba todo el altiplano hace millones de años. El mar se retiró y dejó al descubierto lo que hoy son el Lago Titicaca, el Lago Poopó, y los Salares de Coipasa y de Uyuni.

La capacidad de este desierto para reflejar la luz es tal que los satélites lo utilizan para calibrar sus instrumentos de medición. La sal refleja la luz hacia el espacio y las condiciones de la atmósfera ofrecen la posibilidad de obtener mediciones cinco veces más precisas que las que se realizan sobre el océano.

Cada año, los trabajadores de las salinas extraen unas 25.000 toneladas de sal del Salar de Uyuni. Apenas un arañazo en la superficie: los expertos estiman que la capa de sal tiene unos 120 metros de grosor.

Además, este desierto constituye  una de las mayores reservas de litio y cuenta con importantes cantidades de potasio, boro y magnesio. Más de 40 empresas mineras explotan a diario los recursos del salar de Uyuni, según un informe del Servicio Nacional Técnico de Minas.

Piernas y patas

Un autobús lleva a 7 niños a la escuela. 
Cada niño tiene 7 mochilas. 
En cada mochila hay 7 gatas. 
Cada gata tiene 7 gatitos. 
Por suerte, cada uno tiene tantas patas 
como ha previsto la madre naturaleza.


Pregunta: 
¿Cuántas piernas/patas hay en el autobús?

El banquero

Francisco de Cabarrús (1752-1810) fue un pensador liberal, político y economista. Nacido en Bayona (Francia) siendo muy joven se fue a Zaragoza, trabajó en los negocios del señor Galabert , y pronto se nacionalizó español. Fue el promotor del primer banco de carácter nacional que terminaría siendo el precursor del Banco de España.

Hombre trabajador, serio y nada tonto, 
se casó con la hija de su patrón, y con 
los ahorros obtenidos con su trabajo y la 
poca o mucha dote, quiso 
probar fortuna y se decidió a poner una fábrica de jabón en Carabanchel Alto.

Cabarrús, hombre de negocios e ilustrado, que suele ser una buena combinación para abrirse camino en la vida, pronto hizo amistades en el entorno del Gobierno, y así llegó a entablar amistad con Argüelles y Floridablanca, entre otros, a los cuales les transmitió la idea de la emisión de vales o bonos reales. Se hizo un tanteo experimental, y los resultados fueron tan buenos que Cabarrús adquirió una excelente fama como financiero y economista.
Después del éxito obtenido con los bonos reales, propuso crear el Banco de San Carlos del cual fue Director. Este Banco, andando el tiempo, se transformó en el Banco de España, después de muchas vicisitudes y cambios de nombre: Banco de San Fernando, fusionado luego con el posterior Banco de Isabel II, para dar lugar al definitivo Banco de España. Pletórico de ideas, contribuyó a la creación del Comercio de Filipinas, siendo nombrado miembro del Consejo de Hacienda.

A la muerte de Carlos III, la envidia y las rivalidades políticas de los miembros del nuevo Gobierno, que le acusan de malversación de fondos, acaban con Cabarrús en la cárcel, donde permaneció durante dos años. Al final se pudo demostrar la honradez del preso, y fue puesto en libertad en 1792. Carlos IV comprendió el error y la injusticia que se habían cometido con él, y le recompensó concediéndole el título de Conde.

En 1797 se le nombro embajador de España en el Congreso de Rastadt (1797). Más tarde, en 1800, se le desterró de la Corte  por instigación de Napoleón, lo cual no impidió que aceptara ejercer como ministro de Hacienda en el primer gobierno de su hermano Jose I.

Entre sus ensayos destacan: Memoria para la formación de un Banco Nacional y  Elogio de Carlos III, Rey de España y de las Indias y los de naturaleza epistolar, Cartas al príncipe de la Paz y Cartas Politicoeconómicas.

lunes, 13 de octubre de 2008

Recuperado

Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer (1808) - Francisco de Goya

sábado, 11 de octubre de 2008

Don Eduardo

Eduardo Benot Rodríguez (Cádiz, 1822 - Madrid, 1907) fue uno de los españoles más cultos, más polifacéticos y más enérgicos de su época. Político, escritor, matemático, dramaturgo, filólogo, lingüista y lexicógrafo. Conocedor de múltiples lenguas, mostró su precupación por cuestiones del lenguaje. Autor de Arquitectura de las lenguas y de cuatro exitosas gramáticas (francés, alemán, inglés, italiano) que ponían el énfasis sobre el idioma hablado. Fundador del Instituto Geográfico y Estadístico, miembro de la Real Academia de la Lengua.  Colaboró con la Institución Libre de Enseñanza que fundaran en 1876 Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Nicolás Salmerón. Apoyó generosamente, además, a los jóvenes escritores que empezaban su labor en vísperas del nuevo siglo, entre ellos los hermanos Machado. Ejerció asimismo como titular de las Cátedras de Astronomía y de Geodesia en el Observatorio de Marina de San Fernando.

Fue autor de, entre otras muchas obras, Arte de hablar, Gramática filosófica de la lengua castellana (1910);  del Diccionario de ideas afines (1899) ; del drama Mi siglo y mi corazón y la zarzuela El muerto vivo. También elaboró estudios de Física y Matemáticas. Célebres fueron sus estudios sobre Astronomía, Aritmética y Geodesia, o el curioso ensayo "Movilización de la fuerza del mar: aprovechamiento de los motores irregulares como las mareas y las olas"

Fue diputado a Cortes, senador y ministro de Fomento del segundo gobierno de la I República de 1873, porque hasta el final de sus días  sería un republicano acérrimo.

La preocupación por los menores, constituyó una obsesión continua en la vida y en la obra de Eduardo Benot. Con la famosa "Ley Benot", mediante la que se pretendió atender con urgencia a la protección de los menores desde un punto de vista legislativo, una ley muy audaz para la época, se convirtió en el pionero en la protección social de la infancia en España.

Pudo ser rico y optó por vivir honrado, el gran maestro Benot  tuvo, en efecto, un solo orgullo: el de cruzar por el mundo del brazo de la Honradez, que, generalmente, va acompañada de la hermana pobreza.

Algo muy grave


Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:

-No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo.

Ellos se ríen de la madre. Dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que pasan. El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:

-Te apuesto un peso a que no la haces.

Todos se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Contesta:

-Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo.

Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mamá o una nieta o en fin, cualquier pariente. Feliz con su peso, dice:

-Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.

-¿Y por qué es un tonto?

-Hombre, porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo. 

Entonces le dice su madre:

-No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.

La pariente lo oye y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero:

-Véndame una libra de carne -y en el momento que se la están cortando, agrega-: Mejor véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado.

El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar una libra de carne, le dice:

-Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas.

Entonces la vieja responde:

-Tengo varios hijos, mire, mejor deme cuatro libras.

Se lleva las cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde, hace calor como siempre. Alguien dice:

-¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?

-¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!

(Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.)

-Sin embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.

-Pero a las dos de la tarde es cuando hay más calor.

-Sí, pero no tanto calor como ahora.

Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:

-Hay un pajarito en la plaza.

Y viene todo el mundo, espantado, a ver el pajarito.

-Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.

-Sí, pero nunca a esta hora.

Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.

-Yo sí soy muy macho -grita uno-. Yo me voy.

Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que dicen:

-Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos.

Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.

Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:

-Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa -y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.

Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, clamando:

-Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca.

Gabriel García Márquez