Prodigabas sus defectos,
sin encontrar su hermosura,
¿Por qué demonios te extraña
que ceda su calentura?.
sin encontrar su hermosura,
¿Por qué demonios te extraña
que ceda su calentura?.
Si jamás fuiste marido,
ni compañero, ni amante.
Si carbón para ti era ella,
y cualquier otra, brillante.
Pero al fin halló al artista
que vio en la mujer dulzura,
y desde entonces se amaron
en sesiones de locura.
Deberías dar las gracias
a tan ilustre galante,
que convierte tu basura
en el más puro diamante.
Pero tú sigues enfermo,
sólo la ves diferente,
¿No ves que cambió la forma,
de tristona a sonriente?.
Te acoges en la ceguera
y a Dios por ello bendigo,
que aquel que a tu mujer goza
soy yo, tu mejor amigo.
Hoy continúa la historia
de este billar a tres bandas
pues a todos beneficia
si no media propaganda.
Contento queda el marido,
pues sus guisos mejoraron
al ser felices las manos
que mi cuerpo exploraron.
José Manuel Pérez
1 comentario:
Dos versiones del mismo autor, René Magritte, titulados ambos Los amantes (Les amants) y pintados el mismo año, 1928.
National Gallery of Australia, Camberra
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