Amelia Mary Earhart ( *Atchinson, Kansas , 24 de julio de 1897- †Océano Pacífico , 2 de julio de 1937). Aviadora estadounidense. Célebre por sus marcas de vuelo y por intentar el primer viaje aéreo alrededor del mundo sobre la línea ecuatorial.
Estuvo un tiempo como ayudante de enfermería en el Hospital Militar de Spadina, en Toronto, donde se atendía a soldados heridos en la Primera Guerra Mundial. En el otoño de 1919 Amelia se alistó para estudiar medicina en la Universidad de Columbia, en Nueva York, pero solo estuvo un semestre.
Varios meses después de su llegada a California, Amelia y su padre asistieron a una exhibición aerea en Long Beach. Ella se había empezado a interesar mucho por la aviación, y al día siguiente tuvo la oportunidad de volar por primera vez, en un paseo aereo de 10 minutos sobre Los Angeles.
"¡Tan pronto dejamos el suelo supe que tenía que aprender a volar!"
Amelia había oído de una mujer piloto que daba clases de vuelo y en enero de 1921 comenzó a tomar lecciones con la pionera de aviación Anita "Neta" Snook en el campo Kinner, cerca de Long Beach. Seis meses después Amelia compró su primer avión: un Kinner Airster amarillo de segunda mano, al que bautizó como "Canary". Para octubre de ese año, Amelia comenzó a participar en intentos para romper marcas y con el "Canary" estableció el récord de altitud para una mujer: 14.000 pies.
H. H. Railey había recibido el encargo por parte de George Palmer Putnam, un editor de Nueva York, para encontrar una mujer que hiciera el vuelo transatlántico. Ninguna mujer hasta entonces había volado a través del Atlántico. Putnam le puso el sobrenombre de "Lady Lindy", en referencia a Charles Lindbergh, el primer hombre en atravesar el Atlántico en 1927.
Una semana después, Amelia se reunió con George Putnam en Nueva York. Se dice que George se impresionó tanto con ella, que de inmediato la escogió para hacer el vuelo. Aunque en realidad sólo iba a ser un pasajero en esta ocasión. Despegaron el 18 de junio de 1928 desde Trepassey, en Terranova, y volando en medio de una densa niebla la mayor parte de la travesía, aterrizaron en Burry Port (País de Gales), 20 horas y 40 minutos más tarde.
"Fuí un pasajero en la travesía... sólo un pasajero. Todo lo que se hizo para traernos a través del Atlántico se debe a Wilmer Stultz y Slim Gordon..." Amelia se afligió por el hecho de que Stultz y Gordon fueran ignorados por los reporteros. Era a la mujer a quien habían venido a ver. Su vuelo fue portada mundial y al regresar a Estados Unidos fueron recibidos con un desfile en Nueva York y una recepción con el presidente Calvin Coolidge en la Casa Blanca.
En octubre de ese mismo año 1928 se convirtió en la primera mujer en hacer un vuelo transcontinental, al cruzar Estados Unidos desde Nueva York hasta Los Angeles (ida y vuelta).
En 1929 adquirió un avión Lockheed Vega y compitió con él en la primera edición del Women's Air Derby, una carrera desde Los Angeles hasta Cleveland, que finalizó en tercera posición.
En ese mismo año fue contratada por la empresa Transcontinental Air Transport (que luego sería la TWA) como manager para promocionar a la incipiente aviación comercial, que en esta epoca aun despertaba gran desconfianza entre el público. Además escribía artículos regularmente para Cosmopolitan y otras publicaciones, y participaba en conferencias por todo el país.
En 1930 rompió varios récords de velocidad en la categoría femenina con su Lockheed Vega, dejando el récord en 181.18 mph.
Después de rechazar las proposiciones de matrimonio de George Putnam varias veces, finalmente se casaron el 7 de febrero de 1931 en Noank, Connecticut.
Pocas semanas después, el 8 de abril, Amelia volvía a estar de nuevo en las portadas de los periodicos, ya que estableció un nuevo récord del altitud para una mujer, con 18.415 pies. El récord no lo hizo con un avión, sino con un autogiro que George le había regalado por su boda...
Varios meses después de su llegada a California, Amelia y su padre asistieron a una exhibición aerea en Long Beach. Ella se había empezado a interesar mucho por la aviación, y al día siguiente tuvo la oportunidad de volar por primera vez, en un paseo aereo de 10 minutos sobre Los Angeles.
"¡Tan pronto dejamos el suelo supe que tenía que aprender a volar!"
Amelia había oído de una mujer piloto que daba clases de vuelo y en enero de 1921 comenzó a tomar lecciones con la pionera de aviación Anita "Neta" Snook en el campo Kinner, cerca de Long Beach. Seis meses después Amelia compró su primer avión: un Kinner Airster amarillo de segunda mano, al que bautizó como "Canary". Para octubre de ese año, Amelia comenzó a participar en intentos para romper marcas y con el "Canary" estableció el récord de altitud para una mujer: 14.000 pies.
H. H. Railey había recibido el encargo por parte de George Palmer Putnam, un editor de Nueva York, para encontrar una mujer que hiciera el vuelo transatlántico. Ninguna mujer hasta entonces había volado a través del Atlántico. Putnam le puso el sobrenombre de "Lady Lindy", en referencia a Charles Lindbergh, el primer hombre en atravesar el Atlántico en 1927.
Una semana después, Amelia se reunió con George Putnam en Nueva York. Se dice que George se impresionó tanto con ella, que de inmediato la escogió para hacer el vuelo. Aunque en realidad sólo iba a ser un pasajero en esta ocasión. Despegaron el 18 de junio de 1928 desde Trepassey, en Terranova, y volando en medio de una densa niebla la mayor parte de la travesía, aterrizaron en Burry Port (País de Gales), 20 horas y 40 minutos más tarde.
"Fuí un pasajero en la travesía... sólo un pasajero. Todo lo que se hizo para traernos a través del Atlántico se debe a Wilmer Stultz y Slim Gordon..." Amelia se afligió por el hecho de que Stultz y Gordon fueran ignorados por los reporteros. Era a la mujer a quien habían venido a ver. Su vuelo fue portada mundial y al regresar a Estados Unidos fueron recibidos con un desfile en Nueva York y una recepción con el presidente Calvin Coolidge en la Casa Blanca.
En octubre de ese mismo año 1928 se convirtió en la primera mujer en hacer un vuelo transcontinental, al cruzar Estados Unidos desde Nueva York hasta Los Angeles (ida y vuelta).
En 1929 adquirió un avión Lockheed Vega y compitió con él en la primera edición del Women's Air Derby, una carrera desde Los Angeles hasta Cleveland, que finalizó en tercera posición.
En ese mismo año fue contratada por la empresa Transcontinental Air Transport (que luego sería la TWA) como manager para promocionar a la incipiente aviación comercial, que en esta epoca aun despertaba gran desconfianza entre el público. Además escribía artículos regularmente para Cosmopolitan y otras publicaciones, y participaba en conferencias por todo el país.
En 1930 rompió varios récords de velocidad en la categoría femenina con su Lockheed Vega, dejando el récord en 181.18 mph.
Después de rechazar las proposiciones de matrimonio de George Putnam varias veces, finalmente se casaron el 7 de febrero de 1931 en Noank, Connecticut.
Pocas semanas después, el 8 de abril, Amelia volvía a estar de nuevo en las portadas de los periodicos, ya que estableció un nuevo récord del altitud para una mujer, con 18.415 pies. El récord no lo hizo con un avión, sino con un autogiro que George le había regalado por su boda...
Amelia y George habían hablado varias veces acerca del vuelo en solitario sobre el Atlántico. Ella ya estaba preparada para hacer el vuelo como piloto al mando del avión, en vez de ser solo pasajero, como en 1928. En ese momento, otras mujeres piloto estaban haciendo preparativos para el vuelo transatlántico y George sabía que si quería conservar el nombre de Amelia en la mente de todos, ella tendría que ser la primera en hacer ese vuelo.
A principios de 1932 ninguna persona en solitario había sobrevolado el Atlántico con éxito desde Lindbergh. Amelia no seguiría la misma ruta que Lindbergh, sino que volaría desde Harbour Grace (Newfoundland), y su destino serían las islas británicas.
El 20 de mayo de 1932 el Lockheed Vega modificado de Amelia emprendió su viaje. Como no bebía café ni té, se mantenía despierta con sales de olor durante el viaje. Amelia se preciaba a sí misma de viajar con poco equipaje, un termo con sopa y una lata de jugo de tomate serían su sustento.
Algo desviada de la ruta prevista, finalmente aterrizó en un campo abierto cerca de Londonderry, en Irlanda del Norte. El viaje había durado 14 horas y 56 minutos. Al bajar del avión, un hombre se le acercó. Ella preguntó:
"¿En dónde estoy?"... el hombre respondió "en la pastura de Gallegher... ¿ha venido de muy lejos?"... "desde América", dijo ella.
Amelia había roto varios récords en este vuelo. Era la primera mujer en cruzar el Atlántico en solitario y la primera persona que lo había cruzado volando dos veces. También era la distancia sin escalas más larga volada por una mujer. El presidente Roosevelt le otorgó a Amelia la Medalla de Oro de la National Geographic Society. Honores de toda clase llovieron sobre ella. Fué también nombrada la Mujer del Año, distinción que aceptó en nombre de "todas las mujeres".
El 20 de mayo de 1932 el Lockheed Vega modificado de Amelia emprendió su viaje. Como no bebía café ni té, se mantenía despierta con sales de olor durante el viaje. Amelia se preciaba a sí misma de viajar con poco equipaje, un termo con sopa y una lata de jugo de tomate serían su sustento.
Algo desviada de la ruta prevista, finalmente aterrizó en un campo abierto cerca de Londonderry, en Irlanda del Norte. El viaje había durado 14 horas y 56 minutos. Al bajar del avión, un hombre se le acercó. Ella preguntó:
"¿En dónde estoy?"... el hombre respondió "en la pastura de Gallegher... ¿ha venido de muy lejos?"... "desde América", dijo ella.
Amelia había roto varios récords en este vuelo. Era la primera mujer en cruzar el Atlántico en solitario y la primera persona que lo había cruzado volando dos veces. También era la distancia sin escalas más larga volada por una mujer. El presidente Roosevelt le otorgó a Amelia la Medalla de Oro de la National Geographic Society. Honores de toda clase llovieron sobre ella. Fué también nombrada la Mujer del Año, distinción que aceptó en nombre de "todas las mujeres".
Amelia y su marido George empezaron a formular planes para un vuelo alrededor del mundo, en la que debía ser su mayor proeza. El Lockheed Electra 10E fué el avión escogido para este vuelo. Sería la primera mujer en dar la vuelta al mundo y además lo haría recorriendo la distancia más larga posible, es decir circunnavegando el planeta cerca del ecuador. Fredrick Noonan, un antiguo navegante de la PanAmerican Pacific Clipper, fué seleccionado como navegante debido a que estaba familiarizado con el área del Pacífico.
Amelia y su navegante partieron el 21 de mayo de 1937 desde Oackland (California), con el objetivo de dar la vuelta al mundo en dirección este.
"Creo que tan sólo queda un vuelo exitoso más en mí, y espero que éste viaje sea eso. De cualquier manera, cuando termine éste trabajo, pienso retirarme de esta clase de vuelos de malabarismo de larga distancia".
El Electra abandonó Lae a las 00:00 horas GMTdel 2 de julio, con destino a las Islas Howland, la etapa más larga del viaje, con 2.224 millas. Era el récord absoluto de distancia recorrida sobre el mar. Se ha determinado que el avión cayó a una distancia de entre 35 y 100 millas de las costas de las islas Howland. A bordo de la aeronave llevaban una balsa salvavidas, pero nunca se encontró ningún rastro de ella.
Amelia le mandaba cartas periódicamente a George a lo largo de su travesía. Estas fueron publicadas en el libro Last Flight (El último vuelo). Al final del libro hay una nota de ella para George:
"Quiero que sepas que estoy muy consciente de los riesgos. Lo hago porque lo quiero hacer. Las mujeres deben tratar de hacer las cosas tal como los hombres lo han hecho. Y cuando fallen, su fracaso no debe ser sino un reto para otras"
"Quiero que sepas que estoy muy consciente de los riesgos. Lo hago porque lo quiero hacer. Las mujeres deben tratar de hacer las cosas tal como los hombres lo han hecho. Y cuando fallen, su fracaso no debe ser sino un reto para otras"
En una época en la que las mujeres eran confinadas
a ocupar un lugar subordinado y encerradas en el hogar,
Amelia Earhart no sólo rompió el espacio privado,
sino que se atrevió a hacer realidad sus sueños
sin más límites que el cielo.
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