jueves, 21 de junio de 2007

La Monna Lisa


El cuadro La Gioconda, conocido también como la Mona Lisa o Monna Lisa, es una obra pictórica de Leonardo da Vinci . Desde el siglo XVI es propiedad del Estado Francés, el cual la expone en el museo del Louvre.
Su historia no se limita a la técnica usada; más bien trasciende a enigmas y misterios. Sus constantes traslados y cambios de dueño, las reproducciones realizadas, los enigmas como la identidad de la modelo o el secreto de sonrisa, las múltiples obras de arte que se han inspirado en el cuadro y las parodias existentes, convierten a La Gioconda en el cuadro más famoso del mundo.
Es un óleo sobre tabla de álamo de 77 x 53 cm, pintado entre 1503 y 1506 y retocado varias veces por el autor. La técnica usada fue el sfumato, técnica muy característica de Leonardo.
La modelo carece de cejas y pestañas, dirige la mirada ligeramente a la izquierda y muestra una sonrisa francamente enigmática , ello se debe a una ilusión que aparece y desaparece debido a la peculiar manera en que el ojo humano procesa las imágenes. Leonardo da Vinci pintó la Mona Lisa dando el efecto de que la sonrisa desaparezca al mirarla directamente y sólo reaparezca cuando la vista se fija en otras partes del cuadro. Las manos sobre el vientre han hecho pensar a varios investigadores que la modelo se encontraba embarazada al momento de posar.
Diversas hipótesis se han generado en torno a la identidad de la modelo, sin embargo, ninguna ha sido aceptada de manera absoluta. Al respecto, Sigmund Freud sugirió que la pintura reflejaba una preocupante masculinidad. En 1987 se realizaron los primeros estudios, superponiendo un autorretrato de da Vinci a la pintura de la Mona Lisa; el resultado fue una gran similitud en las dimensiones y rasgos físicos. Sin embargo, el historiador Giuseppe Pallanti asegura que el retrato es de Lisa Gherardini una mujer de escasos recursos de Florecia, quien se habría casado con un acaudalado comerciante llamado Francesco del Giocondo. Dicha aseveración nace de la observación del autor Giorgio Vasari, quien en 1550 vinculó a Gherardini con la pintura, en su libro La vida de los Artistas.
Otra anécdota curiosa es que el cuadro fue vendido por Leonardo al rey Francisco I de Francia.. Tras su adquisición, el rey Francisco I colocó el cuadro en el cuarto de baño.
El 20 de agosto de 1911 se produjo el robo de este cuadro en el Museo de Louvre. Un comerciante argentino llamado Eduardo Valfiemo convenció al carpintero italiano Vincenzo Perugia (ex empleado del museo) para que robase el cuadro para venderlo por una cifra millonaria. Perugia salió del museo con el cuadro escondido bajo su ropa, colocándolo en una valija posteriormente. Cuando el pintor Louis Béroud entró al salón para apreciar el cuadro, notó que no estaba y avisó de inmediato a la guardia. Se captura erróneamente al escritor Guillaume Apollinaire, quien fue declarado inocente más adelante a pesar de haber pedido la quema del museo. Posteriormente, fue capturado el pintor Pablo Picasso, quien también fue declarado inocente.
La pintura fue recuperada dos años y ciento once días después del atraco, registrándose la captura de Perugia. En 1931, Valfierno contó su historia a un periodista estadounidense, revelando la identidad de los estafados con las falsificaciones ya que Valfiemo hizo negocio con cinco coleccionistas estadounidenses y un brasileño, a quienes les vendió falsificaciones realizadas por el pintor Yves Chaudron, a cada uno por trescientos mil dólares.

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