La vida de Alejandro Dumas (1802-1870) es en verdad prolífica en lo creativo, tanto, que el hecho de que de su pluma saliera cantidad ingente de novelas, 257 adjuntando relatos también, 25 tomos de piezas teatrales, memorias, artículos, etc., no es que haya dado que pensar, ya que existen pruebas que lo confirman, recibió “ayuda” de otros escritores (se cuentan hasta 73), entre ellos, el más destacado por considerársele el auténtico “padre” de Los tres mosqueteros, es Auguste-Jules Maquet (1839-1851) un profesor de historia coautor con Dumas de otro best-séller de la época: El conde de montecristo.
A Maquet no le debió parecer muy cómoda la situación, tal vez le molestó la falta de protagonismo ya que en 1851, después de diez años de colaboración, se separaron de manera no amistosa. Varios años antes, Dumas, al ser interpelado sobre la supuesta autoría de sus obras por parte de "negros" literarios, había reconocido orgulloso la colaboración con varios autores, e hizo pública la lista de novelas hechas en colaboración con Maquet.
Maquet se basaría en estas revelaciones para, en un juicio, solicitar lo que creía el dinero que se le debía por su trabajo. No obstante, el juez determinó que si bien buena parte del grueso del trabajo de escritura y documentación histórica era de Maquet, la adquisición del "color" final era la de Dumas, y por tanto, falló a favor del demandado. A partir de su separación, Maquet probó fortuna de manera individual en el teatro (sin éxito), y la calidad de las obras de Dumas empezó a mermar.
Ganó muchísimo dinero pero murió arruinado, en la casa de campo de su hijo en Puys, el 5 de diciembre de 1870. Curiosamente, sin embargo, Auguste-Jules Maquet murió en la abundancia gracias a que Dumas siempre fue bastante generoso con él a la hora de pagarle por sus colaboraciones.
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