miércoles, 14 de mayo de 2008

C9H8O4

Félix Hoffmann nació en Ludwigsburg, Alemania, en 1868. Su trabajo en el ámbito de la farmacia le fascinó tanto que decidió ampliar sus conocimientos en este campo mediante el estudio de la química. Por recomendación de su profesor, Adolf von Baeyer, eventual premio Nobel,  se unió a "Farbenfabriken VORM. Friedr. Bayer & Co" en 1894 para trabajar como químico.

Los orígenes de Aspirina se puede encontrar en la naturaleza. Hipócrates (460-377 aC) considerado el Padre de la Medicina, ya conoce el  efecto del jugo obtenido de la corteza de árboles de sauce (en latín, salix) para aliviar el dolor. Como ahora sabemos, este jugo contiene ácido salicílico.

En 1853, Charles Frederic Gerhardt, químico francés, fue el primero en sintetizar el ácido salicílico, elaboró un nuevo compuesto mediante la combinación de salicilato de sodio con cloruro de acetilo. Por desgracia, Gerhardt perdió el interés en su descubrimiento y abandonó la investigación. Hacia 1874, la Compañía Heyden, cerca de Dresde comenzó a fabricar y vender el ácido salicílico, un producto más barato que el extracto de corteza de sauce. Sin embargo, el ácido salicílico tenía desagradables efectos secundarios: estómago irritado y algunos pacientes simplemente no lo toleraban.

 Cuenta la leyenda que Hoffmann buscaba un medicamento para aliviar los dolores de artritis reumatoide que sufría su padre y por una casualidad, se produjo el hecho de su descubrimiento, era el 10 de agosto de 1897. Uniendo el ácido salicílico con ácido acético, logró la creación del ácido acetilsalicílico (AAS).

El farmacólogo responsable de verificar estos resultados fue escéptico al principio, sin embargo, el alcance de esta maravilla farmacéutica puso de manifiesto a través de varios estudios a gran escala, la eficacia y la tolerancia del producto: Hoffmann había descubierto la sustancia  para aliviar el dolor, para bajar la fiebre y un anti-inflamatorio de fondo. En 1899 se lanzó por primera vez bajo el nombre comercial de Aspirina, en un principio como un polvo ofrecido en botellas de vidrio.

Durante los últimos 100 años, se estima que un billón de aspirina se han consumido en todo el mundo con el fin de aliviar los dolores y molestias, reducir la fiebre, combatir la inflamación, y ayudar a luchar contra las enfermedades cardiovasculares.

Aunque Hoffmann no recibió recompensa monetaria por su descubrimiento, cuando se jubiló en 1928, su descubrimiento era ya un éxito en todo el mundo, a él le debemos el alivio del dolor de ricos y pobres durante más de 100 años.

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