lunes, 19 de mayo de 2008

Un chico listo

Daniel Tammet es capaz de competir en la memorización con la más potente calculadora, o aprender un idioma tan difícil como el islandés, en siete días. Su genio sorprende a los expertos.
Tammet responde con gran rapidez a problemas matemáticos que se le presentan. Además, es capaz de ver los números como si fueran sombras, colores y texturas. Por eso, al multiplicar dos números, él ve dos sombras; al instante aparece una tercera sombra que equivale a la respuesta de la ecuación. Puede llegar a hacer cálculos de hasta 100 decimales en su cabeza a la velocidad de un rayo. Habla una gran variedad de idiomas incluyendo inglés, francés, finlandés, alemán, español, lituano, rumano, estonio, islandés, Galés y el esperanto. Aprendió el islandés, uno de los lenguajes más difíciles del mundo, en una semana, además como reto, se expuso a una entrevista en una cadena televisiva de Islandia.
La explicación científica de todo esto puede ser que las diferentes partes del cerebro humano están especializadas en desempeñar tareas distintas. Por eso, si se produce una activación cruzada entre distintas áreas que normalmente están separadas, las cosas se mezclan mucho. Este fenómeno es conocido como sinestesia.
Para conocer el origen del sorprendente don de este genio británico, hay que remontar hasta su niñez, época en la que sufrió varios ataques epilépticos y se sospecha que a consecuencia de uno de ellos se le alteró el cerebro; desde entonces puede ver imágenes en su cabeza. A los cuatro años ya era capaz de realizar complejos cálculos matemáticos. Sin embargo, desde siempre ha tenido problemas para integrarse con otras personas.
Cuando era pequeño se le diagnosticó el autismo, pero recibió una educación en el que se le enseñó a relacionarse socialmente con la gente. Tal y como demuestra un estudio, el 10% de los autistas del mundo son auténticos genios. El autismo, trastorno médico que impide a una persona entablar relaciones sociales normales, podría ser un factor que explicara el don de Daniel.
Uno de sus últimos desafíos fue romper el récord europeo de enumerar el número Pi (la constante matemática). Para ello, llegó a memorizar los números anteriores y posteriores al número Pi (22.514 decimales) y los recitó ante un juez durante más de cinco horas.
A los 20 conoció a Neil Mitchell, un programador de computadoras. Seis meses más tarde se trasladaron juntos a una casa a una hora fuera de Londres. Tammet no cree que haya un vínculo neurológico entre su homosexualidad y su extraordinaria capacidad mental. Hay una conexión en su vida, sin embargo: Ambos le han ayudado a comprender y apreciar la gran variedad de la experiencia humana. Lo que una vez le hizo un "freak" en el patio de recreo, dice, ahora le hace tener amigos en todo el mundo.
En la mente de Daniel Tammet, los miércoles son de color azul. El número 9 pasa por ser alto y le evoca sentimientos de grandeza. Prefiere la multiplicación a cualquier otro cálculo matemático. Su número favorito es el 4 porque es como él, tímido y tranquilo. El 89 le recuerda la caída de la nieve, y el 5 es fuerte. La palabra trueno es naranja - al igual que cualquier palabra que empiece con la letra t - pero en realidad es de color naranja claro y brillante como el hielo.

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