jueves, 29 de mayo de 2008

Inventario de insultos

  El gran libro de los insultos, publicado por La Esfera de los libros, es una obra que demuestra que, "para insultar, no hay idioma como el castellano".

Pancracio Celdrán Gomáriz (Murcia 1942), autor de la obra,  es doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid y licenciado en Lengua y Literatura Hispánica. Posee un master en Historia Comparada, así como diplomas en Historia de Oriente Medio, Lengua y Literatura Inglesa y Norteamericana; Lengua y Cultura Hebrea etc.

El gran libro de los insultos. Tesoro crítico, etimológico e histórico de los insultos españoles tiene unas cinco mil entradas y de cada insulto se da información detallada sobre su origen, los lugares donde se utiliza y las metamorfosis que ha experimentado.

En el campo semántico de los tontos moran "Abundio y Pichote, Cardoso y el cojo Clavijo, Perico el de los Palotes, Panarra y Pipí, el tonto de Coria, el del Bote y el de Capirote". Tampoco falta el pobre al que se le ocurrió asar la manteca o "el tonto bolonio".

Viceberzas se empleaba en el siglo XIX para designar al secretario de un tonto o al que sirve a alguien más idiota que él. Ese término juega con el adverbio viceversa y es lo que Celdrán llama "un insulto de laboratorio".

El sonoro dondorondón se emplea en Murcia para aludir a "un personaje irreal fastuoso y a la vez ridículo", y que guarripanda es sinónimo de "persona puerca" en la provincia de Badajoz.. En Canarias, culichichi se le dice al chismoso o a quien carece de importancia social. En Madrid se llamó culuchiche al cursi y también tuvo "el significado adicional de adulón y lameculos". La voz valenciana chiquilicuatre, un insulto que ya era corriente en el XVIII y que significa "zascandil, don nadie, pelanas".

Hay insultos "desconocidos por completo", como gandido, es decir, "muerto de hambre, desgraciado, hambriento y menesteroso que no tiene dónde caerse muerto".

La mayoría de las palabras ofensivas que se utilizan en España cobraron "vigor propio" en América. México y Argentina son "los más ingeniosos a la hora del insulto". "México es el corazón del insulto. Los insultos más creativos, los más graciosos son los de México. Incluso, morfológicamente los insultos de origen prehispánico suenan a insulto, aunque no se conozca su significado", ha dicho el escritor.

El humorista Forges, encargado del prólogo, sugiere improperios como putiliendre, gilimuermo, tertuliano, poliputo, concejal de urbanismo, banquero, cabronoide, gorronáceo y pota'voz parlamentario

1 comentario:

vidiya dijo...

Antonio Morales Valor tiene una página donde se recogen las intervenciones de Pancracio Celdrán en RNE, en el programa No es un día cualquiera, presentado y dirigido por Pepa Fernández:
http://www.pancracioceldrangomariz.blogspot.com/