La historia de Sodoma y Gomorra se lleva a cabo primordialmente en Genesis 19, ahí se relata por qué Dios juzgó indignos de "Su imagen y semejanza" a los habitantes de Sodoma y Gomorra. Dios decide tomarles la vida que les dió, pero antes de ejecutar su sentencia decide darles una última oportunidad y envía dos de Sus ángeles a la ciudad. Si Sus mensajeros pueden encontrar diez personas justas entre los habitantes de esa ciudad, ellos salvarían la ciudad de la destrucción a la cual se han sentenciado. Esa noche, mientras los mensajeros divinos se alistan a dormir en el hogar de Lot, toda la población masculina de la ciudad rodea la casa de Lot y acusan Lot de refugiar extranjeros sin haber sido "aprobados". Los hombres del lugar demandan que Lot les entregue los mensajeros para que los “conozcan” (“Yada”). Hay discusión entre los expertos sobre la interpretación de la palabra “Yada”, pero la traducción de Moffet como “violación violenta” es probablemente la más cercana al texto original. Lot llega a ofrecerles una de sus hijas para calmar la violencia de sus compatriotas y poder honorar el deber sagrado de hospitalidad al otro, al forastero.
Según el quinto libro de La Biblia, el Deuteronomio, atribuido a Moisés por los profetas, además de Sodoma y Gomorra también fueron destruidas Adma y Seboim, salvándose de la catástrofe la ciudad de Soar, que estaba más alejada, hacia donde huyó Lot con su familia.Sodoma, Gomorra, Admá y Seboyim, las ciudades destruidas, estaban cerca del Mar Muerto, el Mar de Sal bíblico al cual apunta la conversión en sal de la mujer de Lot , cuya curiosidad, según el relato bíblico, sería castigada con desproporcionada crueldad (Génesis, 19, 25) .
Impulsada por el clero se ha extendido, dentro del imaginiario popular, la creencia de que la razón del castigo era la práctica de la homosexualidad (por lo menos masculina) por parte de los sodomitas, la cual pasó a llamarse sodomía. Sin embargo el versículo no describe ninguna relación (no hay consentimiento) homosexual sino una violación.
Blanckenhorn, que investigó el tema a fines del XIX, sugiere que las ciudades quedaron hundidas por un terremoto lo que es razonable teniendo en cuenta el hecho de ser una zona sísmica y que el Mar Muerto en esa zona (el bíblico Valle de Siddim) tiene una profundidad que oscila entre 1 y 6 m. Según la "Teoría de la licuefacción", es factible que un gran terremoto destruyera estas ciudades y provocara un descenso del nivel de las tierras ocupadas por ellas, quedando sus ruinas inundadas por las aguas del mar.
Todavía sigue presente , aunque a menudo más cerca de la coartada que de la creencia, cuando ante un desastre o una calamidad natural se habla de “Actos de Dios”.
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