En la ardua caminata que siguió, la presencia de Inés resultó una ayuda inestimable, pues a lo largo de la larga y dificultosa marcha hacia el sur, Inés se encargó de tratar a los heridos, encontrar agua en medio del desierto, vigilar a los yanaconas, e incluso llegó a salvar la vida de Pedro de Valdivia cuando un contrincante venido desde España llamado Pedro Sánchez de la Hoz, junto a otros 4 españoles estuvo a punto de darle muerte en el Desierto de Atacama en el interior de su carpa, plan que no resultó debido que Inés les brindo bebidas que provocó que se alcoholizaran y pudiera quitarle las 5 dagas doradas que portaban. Fue considerada entre sus compañeros de viaje, como "una mujer de extraordinario arrojo y lealtad, discreta, sensata y bondadosa, y disfrutaba de una gran estima entre los conquistadores".
Así, se convirtió en la primera mujer europea que llegó a Chile. En septiembre de 1541 participó de forma heroica en la defensa de la recién fundada Santiago frente al ataque realizado contra la ciudad por el cacique picunche Michimalonco. Inés habría concurrido a aquel lugar y dado orden de matar a los prisioneros. El soldado Hernando de la Torre habría preguntado: "Señora: ¿de qué manera los mato?", a lo que ella habría respondido, desenvainando la espada: "De esta manera" y acto seguido los habría decapitado, consiguiendo con ello el final de la revuelta.
Así, se convirtió en la primera mujer europea que llegó a Chile. En septiembre de 1541 participó de forma heroica en la defensa de la recién fundada Santiago frente al ataque realizado contra la ciudad por el cacique picunche Michimalonco. Inés habría concurrido a aquel lugar y dado orden de matar a los prisioneros. El soldado Hernando de la Torre habría preguntado: "Señora: ¿de qué manera los mato?", a lo que ella habría respondido, desenvainando la espada: "De esta manera" y acto seguido los habría decapitado, consiguiendo con ello el final de la revuelta.
Como recompensa, Pedro de Valdivia la concedió en 1544 varias encomiendas de indios. Una denuncia sobre sus relaciones extramatrimoniales con Valdivia motivó que éste (por orden del gobernador del Perú, Pedro de La Gasca, quien le había ratificado el cargo de gobernador de los territorios de Chile) dispusiera el matrimonio de Inés de Suárez con Rodrigo Quiroga, corría el año 1549.
Antes de fallecer, aportó parte de las riquezas que le generó su actividad encomendera para la construcción en Santiago del templo de la Merced y de la ermita de Montserrat.
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