jueves, 20 de septiembre de 2007

Incunable

Son llamados incunables (del latín incunabulae, en la cuna) aquellos libros impresos con tipos móviles desde la aparición de la imprenta hasta el año 1500 inclusive. Dicho concepto fue utilizado por primera vez por Cornelio Van Benghem, librero holandés, en su obra Incunabula Typographie, publicada en Ámsterdam en 1688.
Antes de los tipos metálicos móviles, se usaban planchas de madera fija, que dieron lugar a los incunables xilográficos, entre los que destaca la Biblia Pauperum y la Biblia de los pobres. Los protoincunables son los libros impresos en los primeros talleres, entre 1472 y 1480. A su vez, se denominan post-incunables aquellos libros impresos a principios del siglo XVI que por error o debido a una insuficiente información han sido clasificados como incunables.

El Sinodal de Aguilafuente está considerado como el primer libro impreso en España (concretamente en el año 1472), contiene unas actas de una reunión celebrada en Segovia. Incunables españoles de gran valor son la Biblia (impresa en Valencia en 1478), Los doce trabajos de Hércules de Enrique de Villena (Zamora, 1483), Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija (Salamanca, 1492) y la primera edición de La Celestina de Fernando de Rojas (sin fecha ni lugar de impresión).
La Biblioteca Estatal de Baviera, en Múnich, es la mayor colección del mundo, con un número de incunables de 18.550 volúmenes. Nuestra Biblioteca nacional tiene unos 3.300 volúmenes de este tipo.

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