Según ella, las mujeres tienen un 11% más de capacidad en la zona del cerebro dedicada a las emociones y a la memoria. De hecho, asegura que cuentan con neuronas espejo por lo que son mejores al observar las emociones de otros y evitan el conflicto.
Las mujeres cumplen el tópico ya que hablan el triple que los hombres, unas 20.000 palabras por día de media, mientras que de la boca de un varón salen sólo 7.000. En compensación, los hombres piensan en el sexo cada 52 segundos, mientras que ellas lo hacen nada más que una vez al día.
El síndrome menstrual cambia algunas de las partes del cerebro hasta un 25% cada mes. La memoria femenina guarda detalles del pasado emocional que los hombres no registran. Los hombres recuerdan mejor los eventos relacionados con una amenaza física.
En suma, la tesis de Brizendine es que los sexos tienen diferencias desde el cerebro. El de las mujeres es más ligero: pesa una media de cien gramos menos que el masculino, pero eso no implica que por tener un cerebro más liviano resulten menos inteligentes, pues el número de células es el mismo a pesar del menor peso, sólo cambia la densidad de éstas.
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