lunes, 10 de septiembre de 2007

María Coronel

El enigma arranca en América, en 1629, cuando los franciscanos alcanzan por primera vez la entonces provincia de Nuevo México y descubren que alguien se les ha adelantado. Los indios, que se bautizaron masivamente a su llegada, les hablaron de una misteriosa Dama Azul que durante meses les preparó para aquel encuentro. El papa Urbano VIII y el rey Felipe IV ordenaron investigar el caso y concluyeron que la misteriosa Dama no fue sino una monja de clausura soriana -sor María Jesús de Ágreda- que, sin abandonar jamás su celda, fue capaz de manifestarse a más de diez mil kilómetros de distancia.
La peculiaridad de esta monja del siglo XVII, de nombre María Coronel, se enriquece por circunstancias prodigiosas como el haber sido la confidente de Felipe IV -quien no tomaba una decisión trascendental sin consultar previamente con ella y con quien intercambió una dilatada correspondencia -; el haber escrito una obra voluminosa, Mística Ciudad de Dios , dictada por la Virgen María y donde se describe con pelos y señales los años de infancia y mocedad de Jesús; y, por último, aunque no lo menos importante, el haber evangelizado a los indios de la Baja California, sin moverse ni un milímetro de su retiro conventual junto al Moncayo. Estamos, por tanto, ante un caso de bilocación.

1 comentario:

vidiya dijo...

Javier Sierra dedicó a este personaje su libro La dama azul, pero todos sus libros me han resultado tremendamente interesantes.
Acaba de publicar La ruta prohibida sobre diversos enigmas de la historia.
La dirección de su página es:
http://www.javiersierra.com/index.php