jueves, 6 de diciembre de 2007

El Gramático

Antonio Martínez de Cala y Jarava (Lebrija, Sevilla 1441 — Alcalá de Henares, 1522), más conocido como Antonio de Nebrija, uno de los grandes humanistas del Renacimiento y ciertamente el más grande de España, conquistó un sitial de honor en la historia de la lengua española como autor de la primera gramática española (1492) y el primer diccionario de nuestra lengua (1495). Fue filólogo, historiador, pedagogo, gramático, astrónomo y poeta.
Fiel a las costumbres humanistas de la época latinizó y cambió en repetidas ocasiones la grafía de su nombre Elio Antonio de Nebrija. En la publicación de Introductiones Latinae de 1501 encontramos Antonius Nebrissen y en la publicación de Introductiones Latinae de 1481, Salamanca, encontramos Antonius Lebrixen. También se le conoció como Elio Antonio de Aelius, prenombre que tomó a imitación de los latinos. También podemos encontrarlo con la grafía Antonio de Lebrija.
De todas sus obras, ninguna tuvo el peso y la importancia histórica de su Gramática, que se adelantó a todos los estudios hechos en todas las lenguas romances sobre esta materia. La novedad de su Gramática residía en que nunca antes se había escrito una gramática en una lengua contemporánea. Para los hombres de la Edad Media, sólo el latín y el griego estaban dotados de una grandeza que hacía esas lenguas merecedoras de estudio y análisis, mientras que las "lenguas vulgares" se regían apenas por el gusto de los hablantes, sin necesidad de que éste fuera estudiado ni de que sus reglas se establecieran. La Gramática de Nebrija inspiró el surgimiento de una serie de obras similares que fue surgiendo en toda Europa, a medida que los idiomas del Viejo Continente cobraban conciencia de que eran tan nobles como el viejo latín.
En 1495, publicó una nueva obra en la misma dirección: Su vocabulario español-latín, latín-español, el primer diccionario de nuestra lengua.
También fue el primer autor en reclamar derechos de autor en España.
Pero Nebrija fue mucho más que un filólogo y un lingüista. Hombre de su tiempo, con la amplitud de horizontes que caracterizaba a los intelectuales del Renacimiento, se ocupó también la Teología, de la que trató en Quinquagenas; del Derecho, que abordó en Lexicon Iurus Civilis; de Arqueología, con Antigüedades de España; y de Pedagogía, con De liberis educandis.

1 comentario:

vidiya dijo...

Información obtenida en:
http://www.antoniodenebrija.org/biografia.html