Algunos mantienen que el origen de la historieta se remonta a la antigüedad. Podríamos decir que las pinturas rupestres, pintadas en las grutas como la de Lascaux en Francia o aquellas que encontramos en Italia, Argelia o China pueden ser consideradas como historietas, ya que relatan historias mediante imágenes. Los frescos y relieves egipcios, griegos, romanos y aztecas también se ajustan a esta definición. De esta manera, los jeroglíficos egipcios y la columna Trajana se contarían entre los antecesores de la historieta.
Con el antecedente de los “ciclos morales” del caricaturista inglés William Hogharth que desarrollaban la carrera de un personaje en una decena de grabados; el franco-suizo Rodolphe Töpffer es considerado el fundador de la historieta moderna a partir de su Histoire de M. Jabot publicada en 1833, a la que seguirían otros seis álbumes. Su Ensayo sobre Fisionomía de 1845 es considerado como el primer texto sobre teoría de la historieta.
El decano de los semanarios españoles infantiles es el TBO, aparecido en Barcelona en 1917. Su fama fue tal que con el nombre de "tebeo" se conocen todas "las publicaciones infantiles cuyos temas se desarrollan en series de dibujos", tal como lo define la Real Academia de la Lengua. Hoy, con dudoso acierto, le llamamos también "cómic", vocablo inglés que ha pasado al castellano -también lo reconoce la Real Academia- y que, en un principio, se aplicó a las historietas cómicas, ampliándose después también a las de aventuras, ciencia-ficción y policíacas.
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