Al rey de Macedonia Filipo, padre de Alejandro Magno, le dijeron un día que un vasallo suyo hablaba mal de él y le recomendaron que, en castigo a su proceder, le desterrara. Filipo se negó y cuando le preguntaron por qué, el rey dijo:
—Porque cuanto más se aleje de donde yo esté, serán más los que le escuchen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario