domingo, 15 de julio de 2007

El camello

Alí se había casado con Fátima, hija del Profeta, y había aprendido muy bien las lecciones que éste le había dado. Un día, estando él en la puerta de su casa, se le acercó un mendigo pidiéndole limosna. El yerno de Mahoma llamó a Fátima, que estaba en el interior de la casa, diciéndole que trajese un dinar para dárselo al pobre. La mujer se negó, advirtiéndole que sólo les quedaban seis dinares. Alí le pidió entonces que los trajera y se los entregara al mendigo. Poco después pasó un hombre que llevaba un camello de la brida y le dijo a Alí que se lo vendía por ciento cuarenta dinares. El yerno de Mahoma le contestó que se lo compraría si le fiaba, porque estaba sin dinero. El otro accedió y, mientras Alí sostenía la brida del camello, pasó otro hombre diciéndole que le daba doscientos dinares por el animal. Cerrado el trato, Alí fue a pagar las ciento cuarenta monedas que debía y entregó las sesenta restantes a Fátima, que quedó asombrada. Entonces dijo el yerno del Profeta:
—Yo había oído decir a tu padre que una buena acción aporta el diez por uno. Ahora veo que da mucho más.

1 comentario:

vidiya dijo...

El texto es de Luis Carandell. La imagen es diseño de Kukuxumusu para la Funci.