martes, 12 de febrero de 2008

Quemarse a lo bonzo


Thich Quang Duc, nacido en 1897, monje budista vietnamita que a los 66 se inmoló hasta morir en una calle muy transitada de Saigón el 11 de junio de 1963. Su acto de inmolación, que fue repetido por otros monjes, fue el más recordado, ya que fue atestiguado por David Halberstam. Mientras su cuerpo ardía, el monje se mantuvo completamente inmóvil. No gritó, ni siquiera hizo un ruido. Thich Quang Duc estaba protestando contra la manera en la que la administración del Primer Ministro Ngo Dinh Diem oprimía la religión budista en su país. Después de su muerte, su cuerpo fue cremado conforme a la tradición budista. Durante la cremación su corazón se mantuvo intacto, por lo que fue considerado como santo y su corazón fue trasladado al cuidado del Banco de Reserva de Vietnam como reliquia.
Éste es el origen de la expresión "quemarse a lo bonzo", que al revés de lo que la gente piensa no se refiere a la forma de quitarse la vida, sino al hecho de matarse como forma de protesta política, aunque la expresión que ha prevalecido es la relativa a prenderse fuego.
Como anécdota contaremos que en 1963 en una reunión social, el presidente Kennedy, le solicitó al dueño del New York Times, que regresara a su corresponsal en Vietnam, David Halberstam, porque sus artículos hacían mucho daño a los Estados Unidos. El pedido presidencial no fue atendido y se le pidió a Halberstam que escribiera más sobre Vietnam y como consecuencia de sus escritos sobre la guerra, ganó el Premio Pulitzer en 1964 cuando recién había cumplido treinta años de edad.
Halberstam escribió la que quizá es su obra más célebre, The Best and the Brightest, que lo lanzó a la fama en 1972 y que explicaba cómo un grupo de hombres capaces y trabajadores empujaron a los Estados Unidos a una guerra que se demostró condenada al fracaso.
El otro gran reportaje del que estaba más orgulloso, era War in a Time of Peace: Bush, Clinton, and the Generals (2001), sobre las "pequeñas guerras" de Estados Unidos en los años 90 (Bosnia, Kosovo, Somalia y Haití) y sobre la no-intervención en el genocidio de Ruanda.
Halberstam, de 73 años, periodista infatigable que escribió reportajes, desde la muerte de los bomberos en el World Trade Center en los antentados del 11 de septiembre de 2001, hata la alta competitividad del baloncesto profesional, entre otros temas, murió a causa de un accidente automovilístico en 2007.

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