viernes, 17 de agosto de 2007

antigrafitis

El botánico Wilhelm Barthlott, observó en una ocasión que el agua sobre las hojas de loto formaba minúsculas perlas líquidas, como si la planta se hubiese empañado primero en aceite. No quedaba el menor rastro de barro. La responsable de esta “autodepuración” resultó ser la microestructura de la capa superior de las hojas, compuesta de miles de minúsculos corpúsculos de cristal de cera que impedían que la suciedad se asentase. Barthlott patentó entonces lo que dio en llamar “efecto loto” para los materiales de plástico. Las ciudades más plagadas de grafitis mostraron gran interés por el invento, pues les permitía borrar con facilidad de las paredes las imágenes pintadas con aerosoles.

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