sábado, 28 de junio de 2008

Los colosos

El coloso de Francisco de Goya (auténtico)

             El coloso de Asensio Juliá  (?)         Asensio Juliá retratado por Goya

El Coloso, alegoría de la Guerra de la Independencia, muestra a una multitud que huye aterrorizada ante la figura de un gigante en actitud de pelea y que algunos críticos piensan que representa a Napoleón Bonaparte. Uno de los cuadros más admirados de Francisco de Goya, no lo pintó el maestro aragonés. Esa es la conclusión a la que ha llegado Manuela Mena, jefa de conservación de Pintura del siglo XVIII del Museo del Prado y una de las máximas autoridades en el genial pintor de Fuendetodos.

Asensio Juliá (1760-1817), presunto autor de la obra, nació en Valencia y estudió en la Real Academia de San Carlos de dicha ciudad. Es un autor practicamente desconocido a pesar de que fue el único discípulo de Goya de quien se conocen obras, ya que en el caso de otros alumnos sólo se tiene datos sobre sus nombres. Además, incidió en que la relación entre ambos debió de ser "muy estrecha", ya que Goya retrató tres veces a Julià, cosa que no hizo con ningún otro de sus discípulos. La primera de ellas corresponde a un cuadro en el que el valenciano aparece ataviado con la vestimenta típica de pintor y con un andamio detrás, por lo que se ha fechado esta pieza en 1798, cuando Goya pintó los frescos de San Antonio de la Florida y Juliá era su ayudante.

El naufragio, obra de Juliá que se encuentra en el Museo San Pío V, muestra un gran parecido con El coloso.

Según las investigaciones, el primer contacto entre los dos pintores tuvo lugar en Valencia, en 1790, cuando Goya se desplazó a la ciudad del Turia por motivos de salud de su esposa. 

Parece ser que la dificultad de rastrear en la biografía de Juliá, así como en su obra, se dede a que cambió de apellido, del originario 'Chuliá' a 'Juliá', y no siempre firmaba de la misma manera, pues su rúbrica era irregular.

La historiadora Juliet Wilson-Bareau pone en tela de juicio, en el último número de El periódico del arte,  la autoría de alguno de los cuadros de Goya que muestra el Museo del Prado y o es la primera vez que Juliet Wilson-Bareau pone en tela de juicio la autoría de alguno de que lo hace. Hace cinco años, la experta británica ya recomendó que todos los expertos en el pintor aragonés deberían estudiar en profundidad la obra de Agustín Esteve y Asensio Juliá, que ejercieron como ayudantes de Goya. También se refirió a lo revelador que podría ser analizar las creaciones de Leonardo Alenza, que se distinguió como imitador y/o copista del autor de Los fusilamientos del dos de mayo. Cuando la especialista inglesa actuó como comisaria de la muestra Goya: el capricho y la invención, que pudo verse en el Museo del Prado en 1991, descartó como correspondientes a él cuadros como La hoguera, La degollación, La lechera o Suerte de varas. A comienzos de los años 70, ella misma había realizado -junto con Pierre Gassier- la catalogación de la obra del artista, para la cual descartó como originales suyos 150 de los 550 lienzos que se le atribuían.

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