Un grupo de científicos colocó cuatro monos en una jaula. En el centro de la misma pusieron una escalera y, sobre ella, un racimo de platanos.
Cuando un mono subía la escalera para coger los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Pasado algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros no paraban de golpearlo. Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos.(No eran tontos....).
Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos.
La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros monos, quienes le dieron una tremenda paliza. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera(aunque nunca supo por qué le pegaban).
Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo en la paliza al novato. Un tercero fue cambiado y se repitió el hecho: lo volvieron a golpear. El cuarto y último de los veteranos fue sustituido.
Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cuatro monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a los plátanos.
Si fuese posible preguntar a alguno de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería:
Cuando un mono subía la escalera para coger los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Pasado algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros no paraban de golpearlo. Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos.(No eran tontos....).
Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos.
La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros monos, quienes le dieron una tremenda paliza. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera(aunque nunca supo por qué le pegaban).
Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo en la paliza al novato. Un tercero fue cambiado y se repitió el hecho: lo volvieron a golpear. El cuarto y último de los veteranos fue sustituido.
Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cuatro monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a los plátanos.
Si fuese posible preguntar a alguno de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería:
“No sé, las cosas siempre se han hecho así”
¿Te suena esa respuesta?
¿Te suena esa respuesta?
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