Proverbios italianos

Hace poco el que hace mucho, pero no lo que debe hacer.

La sabiduría viene de escuchar;
de hablar, el arrepentimiento.

Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja.

Rojo por la tarde...hacen esperar buen tiempo.
Rojo por la mañana...la lluvia se acerca.

Hay una gran fuerza escondida en una dulce orden.

Por la ignorancia nos equivocamos y por las equivocaciones aprendemos.

Un hombre puede no valer ciento y ciento pueden no valer uno.

Si quieres que un secreto te sea guardado:
¿Por qué no lo guardas tú?

Quien no sabe nada, debe saber al menos, cómo guardar silencio.

El amor hace pasar el tiempo; el tiempo hace pasar el amor.

Para preservar un amigo, tres cosas son necesarias:
honrarlo cuando esté presente, valorarlo cuando esté ausente y asistirlo
cuando lo necesite.

Cuanto más se sabe, menos se asegura.

Los besos son como las cerezas; unos llevan a otros.

No menos que el saber, me place el dudar.

La sabiduría es hija de la experiencia.

La habilidad y la constancia son las armas de la debilidad.

Lo que no ha pasado a mediodía, puede pasar por la noche.

Lo que sucede hoy, acaeció otras veces.

Lo que se dice, sigue diciéndose y se dirá más adelante.

Lo que ha de ser, ya fue un día.

Nada se le puede enseñar a un hombre. Se le puede ayudar, eso sí, a
encontrarlo en sí mismo. .

Los niños hallan el Todo en la Nada;
los hombres la Nada en el Todo.

La música es un eco del mundo invisible.

Donde truena un hecho, ten la certeza de que ha relampagueado una idea.

Nada vale la ciencia, si no se convierte en conciencia.

Lo mejor de la vida es el pasado, el presente y el futuro.

Nada es más nocivo para la creatividad, que el furor de la inspiración.

Miente más que un epitafio.

Quieres ser invisible para los hombres?
SÉ POBRE.

Quieres ser invisible para las mujeres?
SÉ VIEJO.