miércoles, 26 de marzo de 2008

MatScape


 Arquitectos norteamericanos han concebido un modelo de vivienda que revoluciona el tradicional concepto de construcciones verdes o ecológicas. Proponen construir viviendas usando como material básico árboles vivos, no madera inerte. Los troncos sirven de cimientos y las ramas de paredes, que se sellan con arcilla para aislarlas del exterior. A medida que las ramas crecen, la casa aumenta de tamaño y cambia su aspecto exterior, que sigue la evolución del árbol. Son casas que, al igual que los árboles, son autosuficientes, tienen una larga vida y evolucionan con el tiempo. Un prototipo que se aproxima a esta idea será construido en California para testar el sistema.Construir una casa a partir de árboles vivos en lugar de madera cortada es la propuesta. Se trata de un nuevo concepto de hogar, respetuoso y colaborador con el medio ambiente, denominado Fab Tree Hab e ideado por el arquitecto Mitchel Joachim, en colaboración con la ingeniera ecológica Lara Greden y el arquitecto Javier Arbona. El Fab Tree Hab es, de hecho, un ecosistema en sí mismo, aseguran sus creadores. Estas casas-árbol se caracterizan por ser sostenibles y tener un bajo impacto en el medioambiente y en la salud humana, dentro de las pautas del llamado “diseño verde”. 
La calidad de vida de sus habitantes, así como su salud, están aseguradas en este tipo de casas, fabricadas con una antigua tecnología de trenzado de ramas de árboles, lo que permite formar arcos, entramados y mamparas de madera.  Los troncos de los árboles conforman la base estructural de estas construcciones, mientras que las ramas forman un entramado y se convertirían en las paredes y el tejado. Este denso tejido se completa con otras plantas crecederas.  En el interior, un material compuesto de arcilla y paja aisla la construcción de la humedad, cubriendo los huecos que queden en el trenzado. Asimismo, se le añadiría una capa de arcilla, como si fuera yeso, con fines estéticos.  Este material compuesto de arcilla y paja ya se utiliza en algunas construcciones, y se ha demostrado que es eficaz y perdurable. A medida que las ramas crezcan y los trenzados aumenten, la casa podría aumentar su tamaño, así como su capacidad de protección.  
Mitchel Joachim ha ideado además unas ventanas fabricadas con plásticos cuya base sea la soja, y que por su flexibilidad se adaptarían al crecimiento del árbol con el paso del tiempo.  El agua necesaria para la vivienda se almacena en el tejado y circula gracias a la gravedad que la atrae al interior. Asimismo, el estanque de agua está también “habitado” por bacterias, peces y plantas que consumen residuos orgánicos, de manera que naturalmente el agua se purifica.  El agua almacenada sirve al mismo tiempo para hidratar las plantas y el árbol que forman la casa. Éstos, a su vez, producen un vapor durante su transpiración que se aprovecha para refrescar el hogar. El agua que se obtiene de dicho vapor también se conserva, cerrando así el ciclo del consumo y recuperación del agua. Por otro lado, es posible instalar un sistema de descomposición de materia orgánica que genere cómpost, empleado como abono en agricultura.  Para calentar la casa, el diseño comprende largos ventanales orientados hacia el sur, que absorban el calor durante el invierno. En los meses más calurosos, las ventanas situadas hacia las zonas en sombra aportan el frescor necesario.
El sueño de Joachim es llegar a construir algún día una comunidad entera compuesta por este tipo de casas, pero antes deben llevarse a cabo una serie de estudios de viabilidad. Este proyecto se ha bautizado ya con el nombre de MatScapeSegún sus creadores, estas casas tendrán una larga vida, podrán renovarse y adaptarse, y evolucionan con el tiempo.

1 comentario:

vidiya dijo...

Extracto de un artículo de Yaiza Martínez