miércoles, 31 de marzo de 2010

Expedición Balmis

Fue una expedición de carácter filantrópico que dio la vuelta al mundo y duró de 1803 hasta 1814. Su objetivo era en principio que la vacuna de la viruela alcanzase todos los rincones del por entonces Imperio español, ya que la alta mortandad del virus estaba ocasionando la muerte de miles de niños. La historia la recoge como una de las empresas científicas más organizadas, con fines concretos, resultados alentadores y con un alto sentido humanitario, siendo considerada como la Primera Expedición Sanitaria Internacional.
Francisco Javier Balmis Berenguer, nacido en Alicante en 1753 y muerto en Madrid en 1819, obtiene el título de Cirujano-Sangrador en 1777. Dos años más tarde obtiene el grado de Cirujano-Algebrista. Obtiene el grado de bachiller en Artes, dedicándose al estudio de la Botánica y de Doctor en Medicina de la Universidad de Madrid . Hombre de ciencia, con gran sentido del humanismo, del desinterés, de la cooperación, dejó un legado de obras científicas en muchos campos de la Medicina, Epidemiología y Botánica.
Realizó una de las grandes proezas médicas de todos los tiempos. Re­corrió miles de kilómetros por mar, tierra y ríos en 3 continentes e inoculó a cientos de miles de personas, con lo cual resultó el primer esfuerzo de vacunación a escala mundial en la historia. El mundo de hoy debería continuar con ejemplos de generosidad humana, científica y política, como el que la expedición de la vacuna supuso hace dos siglos.

La vacuna había sido inventada apenas en 1796 por el médico británico Edward Jenner, pionero de la vacunación al realizar la primera inoculación contra la viruela y abrir el camino para el desarrollo futuro de otras, siendo este uno de los éxitos más importantes de la medicina preventiva. El propio Jenner tuvo conocimiento cercano de la expedición y en carta fechada en 1806 se refirió a ella planteando: "No me imagino que en los anales de la historia haya un ejemplo de filantropía tan noble y tan extenso como este".

Francisco Xavier Balmis, zarpó del puerto de La Coruña a bordo de la corbeta "María Pita" el 30 de noviembre de 1803, teniendo como objetivo principal difundir mediante la técnica brazo a brazo la vacuna de la viruela al continente americano cuyos principales protagonistas fueron los 21 niños de la "Casa de Expósitos" de La Coruña bajo la protección de su rectora Doña Isabel López Gandalla aunque sus apellidos siguen siendo un enigma en el sentido que Balmis la cita en diversos documentos de forma muy diversa.
Balmis formó su equipo, que quedaría configurado de la siguiente manera: José Salvany y Lleopart (Subdirector); Manuel Julián Grajales y Antonio Gutiérrez Robredo (Ayudantes); Francisco Pastor y Balmis y Rafael Lozano Pérez (Practicantes); Basilio Bolaños, Antonio Pastor y Pedro Ortega (Enfermeros). El Capitán de la corbeta fue Pedro del Barco y España.
Hay que hablar, de una primera etapa, en la cual la expedición es conjunta, que se inicia en La Coruña y finaliza en Venezuela y de una segunda etapa en la que se produce una subdivisión de los expedicionarios en dos rutas diferenciadas: la que, liderada por Balmis, pasó a México y de allí a las Islas Filipinas, y la segunda, a cargo de Salvany, que desciende hacia Sudamérica siguiendo inicialmente la ruta del río Magdalena. A la vez, en cada una de las rutas indicadas, se produjeron constantes divisiones de los grupos en otros más pequeños con el objetivo último de dar un mayor grado de dinamismo a la extensión de la práctica vacunal.

Sin duda, la cabeza visible de la Real Expedición Filantrópica y su principal protagonista fue Francisco Xavier Balmis pero uno de los protagonistas de la Expedición Filantrópica más injustamente olvidados e incluso minusvalorados, es la figura del Subdirector, José Salvany y Lleopart. Cuando embarca en la Expedición contaba 25 ó 26 años y en principio tenía una labor muy cómoda porque le arropaba la gran personalidad de Balmis. El protagonismo le llegó, cuando la Expedición se dividió. Sin embargo era una persona enferma, débil y enclenque. No por eso su actividad en América perdió valor debido a su predisposición personal al estudio, la abnegación por la profesión médica y la constante actitud de esfuerzo y responsabilidad. Fallece el 21 de julio de 1810 en Cochabamba, a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar, en plena Cordillera Andina.

Ya en España, en 1808, Balmis, tras la llegada de José Bonaparte, se niega a jurar acatamiento, siendo por ello proscrito y confiscados sus bienes. El 12 de febrero de 1819, fallecía en Madrid a los sesenta y seis años.

La vacuna y la empresa de Balmis inspirarán varias composiciones laudatorias a ambos lados del Atlántico, principalmente dos en la América colonial y una en España las dos primeras, una oda titulada ‘‘A la vacuna’’ y una obra teatral alegórica titulada ‘‘Venezuela consolada’’ salieron de la mano del caraqueño Andrés Bello; mientras que la otra, una oda titulada ‘‘A la expedición española’’, fue compuesta por el madrileño Manuel José Quintana.

1 comentario:

vidiya dijo...

Recomiendo estos vínculos para profundizar sobre este interesante episodio de nuestra historia:
- http://www.aeped.es/balmis/libro/5.pdf del Libro sobre la Expedición Balmis de Emilio Balaguer Perigüell y Rosa Ballester Añon. Para bajarse el libro completo: http://www.aeped.es/balmis/libro-balmis.htm

http://www.balmis.org/exp_vac.htm

http://www.semicro.es/pdf/actualidad/SEM39_8.pdf