jueves, 9 de junio de 2011

Angiogénesis

Investigadores de la Queen's University de Belfast han descubierto unas proteínas en la piel de la rana mono encerada (Phyllomedusa sauvagii) y en la del sapo vientre de fuego (Bombina Orientalis) que son un potencial tratamiento para hasta 70 enfermedades, incluido el cáncer, la diabetes y los infartos.Las proteínas que hay en la secreciones cutáneas de este tipo de rana y sapo tienen la propiedad de estimular o inhibir el crecimiento de los vasos sanguíneos, un proceso conocido como angiogénesis.
La angiogénesis es el proceso fisiológico que consiste en la formación de vasos sanguíneos
nuevos a partir de los vasos preexistentes. La angiogénesis es un fenómeno normal durante el desarrollo embrionario, el crecimiento del organismo y en la cicatrización de las heridas. Sin embargo también es un proceso fundamental en la transformación maligna del crecimiento tumoral.

Si la proteina encontrada en la piel de esta rana mono consigue parar el desarrollo de los vasos sanguíneos, frenaría también el crecimiento del tumor dado que la mayoría de los carcinomas sólo pueden crecer hasta un cierto tamaño antes de necesitar nuevos vasos sanguíneos que les surtan de oxígeno y nutrientes para seguir desarrollándose. «No curaría el cáncer pero lo estabilizaría permitiendo a la persona hacer una vida normal», asegura Chris Shaw, director del equipo de investigación. El científico asegura que el objetivo de este estudio es desentrañar el potencial curativo de la naturaleza para aliviar el sufrimiento humano.


En el caso de la piel del sapo vientre de fuego, la proteína hallada tendría el efecto contrario, es decir, estimular el crecimiento de vasos sanguíneos. De este modo, su aplicación sería útil en casos en los que se necesita una reparación rápida de los vasos como la curación de heridas, el trasplante de órganos, las úlceras diabéticas o el daño causado por infartos.

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