La doctora Doris Taylor y su equipo, de la Universidad de Minesota, realizaron un prometedor experimento con corazones de ratas de laboratorio, que, aplicado a humanos, podría revolucionar la cirugía cardiovascular de trasplantes.
Para su investigación, los científicos vaciaron de células el corazón de los roedores mediante un baño con detergente, lo que les permitió conservar el tejido estructural del órgano, incluidos vasos sanguíneos, válvulas y la geometría atrioventricular.
Rellenaron esa estructura con células cardíacas recién formadas, a las que dejaron crecer en cultivos que simulaban la fisiología del corazón.
Cuatro días después, los expertos observaron la existencia de contracciones y, a los ocho días, detectaron un bombeo equivalente al 2 por ciento en un corazón adulto, según explican en la revista. La técnica, apuntan, es prometedora, si bien queda por comprobar la efectividad en vivo de ese corazón artificial.
El trasplante de corazones artificiales es una posibilidad teórica en cirugía cardiovascular, pero la generación de un órgano de ese tipo no es fácil ya que requiere reproducir la arquitectura cardíaca, que existan los componentes celulares adecuados y funcione la actividad de bombeo.
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