Gerda Taro se llamaba en realidad Gerta Pohorylle, y era hija de judíos polacos. Por eso con la llegada de los nazis al poder, y tras haber sufrido una detención, decidió huir con una amiga a París.
En París conoció por casualidad a Andre Friedman, un judío húngaro que intentaba ganarse la vida como fotógrafo. Gerda y Andre se hicieron novios, y Andre le enseñó a Gerda sus conocimientos de fotografía.
Como no les iban bien las cosas, y no recibian trabajo, se les ocurrió una curiosa idea. Inventarían un personaje llamado Robert Capa, que supuestamente era un reputado fotógrafo llegado de Estados Unidos para trabajar en Europa. Como es tan famoso, vende sus fotos a través de sus representantes: Friedman y Pohorylle, al triple del precio que un fotógrafo francés. Este truco funciona perfectamente y al poco tiempo reciben montones de encargos y por fin ganan dinero.
En 1936 da comienzo la Guerra Civil Española, que marcaría decisivamente a ambos. Se trasladan a España para cubrir el conflicto. Fueron testigos de diferentes episodios de la guerra, y realizaban reportajes que luego eran publicados en revistas como "Regards" o "Vu".
Al principio la marca "Capa" era utilizada indistintamente por ambos. Luego se produjo cierto distanciamiento entre ellos y Andre Friedman se quedó con el nombre de "Robert Capa".
Del trabajo de Gerda en solitario su reportaje más importante fue el de la primera fase de la batalla de Brunete. Gerda fue testigo del triunfo republicano en esta primera fase de la batalla. Este reportaje fue publicado en "Regards" el 22 de julio de 1937 y dio a Gerda un gran prestigio. Sin embargo poco después las tropas franquistas iniciarían un feroz contraataque y Gerda decidió volver al frente de batalla en Brunete. Allí Gerda fue testigo de los salvajes bombardeos de la aviación del bando nacional, y realizó muchas fotografías, poniendo en riesgo su vida. En aquel infierno murieron miles de republicanos y finalizó en derrota.
Gerda Taro perdió la vida en un absurdo accidente volviendo del frente de batalla. Gerda se subió en el estribo del coche del General Walter (miembro de las Brigadas Internacionales). En un momento dado unos aviones enemigos, volando a baja altura, hicieron que cundiera el pánico en el convoy y un tanque republicano golpeó sin querer a Gerda, aplastando su cuerpo. Malherida, fue trasladada urgentemente al Hospital El Goloso de El Escorial, donde murió pocas horas después, el 26 de julio de 1937. Tenía solo 27 años. Su cuerpo fue trasladado a París, donde recibió todos los honores como una heroína republicana.
Cuando piensas en toda esa gente que conocimos y ha muerto en esa ofensiva (Guerra Civil española) tienes el sentimiento de que estar vivo es algo desleal .
Gerda Taro, unos días antes de morir.
1 comentario:
Mereceríais ahora pequeña Gerda Taro y Robert Capa, un recuerdo visible en cualquier campo de batalla de entonces o en el tronco de cualquier pino de la sierra, para que sintiéramos ondear, aunque invisible, aquella pobre bandera tricolor que combatía por la paz mientra era atacada por los de la guerra.
Rafael Alberti en La arboleda perdida
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