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jueves, 28 de abril de 2011

El poeta inmortal

Cuenta la leyenda que el gran poeta chino Li Bai (701-762) , también conocido como Li Po, cayó de su bote y se ahogó en el río Yangt-ze al intentar abrazar el reflejo de la luna en el agua, al parecer cuando se hallaba en estado de embriaguez. Sabido era su amor al licor y también se sabe que escribió muchos de sus grandes poemas mientras estaba ebrio.
Algunos eruditos creen que su muerte fue el resultado de un envenenamiento por mercurio después de un largo historial de consumo de elixires taoístas para la longevidad, mientras que otros creen que murió por envenenamiento con alcohol.
Sea como fuere, Li Bai, el "poeta inmortal", sigue siendo el poeta más famoso y popular de la dinastía Tang, considerada la época de oro de la poesía china.



El cielo es alto, la tierra ancha. Amarga entre ellas vuela mi pena. Li Bai



夜思


床前明月光


疑是地上霜


舉頭望明月


低頭思故鄉


Pienso en la noche


delante de la cama la luna brilla


encima de la escarcha está la duda


miro arriba y hay luna llena


miro abajo y añoro mi tierra.



Li Bai

lunes, 22 de febrero de 2010

El arcangel y el dragón

Teodosio de Goñi, personaje navarro ubicado entre la historia y la leyenda, fundador del Santuario de San Miguel de Excelsis en el monte de Aralar. Siendo su existencia cierta, es el origen de su fundación el que toma carácter mítico, recogido en el siglo XVIII por el P. Francisco Tomás de Burgui, profesor de Teología, en un libro sobre San Miguel y el Reino de Navarra.
La leyenda se hará famosa con su inclusión en la obra de Amaya y los vascos en el siglo VIII de Navarro Villoslada. Su origen se ha situado a fines de la Edad Media o comienzos de la Edad Moderna, según Julio Caro Baroja. De hecho, la leyenda aparece reflejada en la Crónica de los Reyes de Navarra (1534) escrita por Mosen Diego Ramírez de Abalos y asimismo recogida por don Esteban de Garibay en su Compendio historial... (1571).
La leyenda cuenta que don Teodosio, hijo del señor del palacio de Goñi, uno de los ricos hombres del país, se casó con doña Constanza de Butrón y Vianda, noble del lugar. El año 707, en el reinado de Witiza, don Teodosio fue a prestar servicio de armas al rey. Dña. Constanza quedó sola en su palacio con los padres de Teodosio, a los que tuvo la deferencia de hacerles dormir en la habitación señorial, pasando ella a otra más pequeña.
Cuando Teodosio volvía victorioso a su castillo, hallándose ya en las cercanías de su pueblo en el paraje Errotavidea (camino del molino) que conduce al valle de Ollo le salió al encuentro el diablo disfrazado de Basajaun («Señor de los Bosques») que le hizo creer que su esposa le era infiel con un criado mancillando su honor y el de su familia.
Don Teodosio regresó precipitadamente a casa de su mujer y atravesó con su espada a la pareja que yacía en su cama, sin percatarse de que eran sus padres. Al salir de casa vio con sorpresa a su mujer que salía de la iglesia y venía hacia él jubilosa por su regreso.

Espantado D. Teodosio al comprender que acababa de matar a sus padres, sale huyendo precipitadamente de su esposa, acude rápido a confesar su crimen al párroco de Goñi, al parecer un venerable anciano llamado Juan de Vergara, quien le ordenó saliera aquella misma noche hacia Pamplona. Presentándose Goñi ante el obispo iruñés San Marciano, éste le mandó peregrinar a Roma, donde el Papa Juan VII, le impuso como castigo el que cargado con cadenas al cuello, hiciera penitencia solo, durmiendo al raso hasta que los hierros se le cayeran por si mismos, lo que indicaría el perdón divino. Comenzó su penitencia Goñi errando por las sierras de Aralar de manera ejemplar realmente arrepentido por su acción.
Pasados siete años, al encadenado Teodosio de Goñi, se le apareció en una cueva un terrorífico dragón (Herensuge) con ojos centelleantes y ponzoñosa boca. Temeroso por su vida suplicó a los cielos. Sus súplicas fueron escuchadas y apareció el arcángel San Miguel, con la cruz sobre su cabeza, quien venció al dragón. En ese instante las cadenas se rompieron y quedó en libertad. El dragón quedó muerto y San Miguel, antes de desaparecer, dejó a don Teodosio una pequeña imagen de madera.
Ya libre, rotas las cadenas, volvió a su casa de Goñi donde le esperaba su esposa. Y ambos, agradecidos a Dios, erigieron un santuario al Arcángel en lo alto de Aralar, al que llamaron San Miguel in Excelsis. Allí se veneran la imagen de San Miguel y las cadenas del sacrificio.

martes, 26 de agosto de 2008

lunes, 11 de agosto de 2008

El capitán Bolea y la serpiente


Juan Vela de Bolea (el capitán Bolea) sirvió con bravura y son innumerables sus hazañas en la campaña de Flandes; entre las cuales se cuenta cuando el capitán español pasó a nado el río Elba, para alcanzar las barcas guardadas por el enemigo y con ellas hacer un puente para que cruzase el ejército del emperador Carlos V, que realizaba campaña contra el duque Juan Federico (que con otros príncipes formaba la Liga Smakalda) ese mismo día fue apresado el duque y vencido el enemigo.
Según la leyenda, corre el año 1590, nuestro capitán decide  retirarse en Uceda, pero se encuentra con un pueblo que vive atemorizado por una enorme serpiente alada que devora a vecinos y ganado. Nadie tiene el valor de enfrentarse al monstruo, pero el viejo capitán, una vez más, haciendo alarde de su valor y tras escuchar las súplicas de los vecinos, empuña su espada y va en busca de la Sierpe. Tras un violento combate, el capitán logra dar muerte al monstruo con la ayuda de sus hijas y de la virgen de Varga.
 Su hazaña quedo plasmada para siempre en el frontón de la puerta de poniente de la iglesia del pueblo. Murió en 1592.

jueves, 7 de agosto de 2008

Los hombres musgo

La leyenda data del s. XII, más exactamente del día de Santa Marina, el 17 junio. Los bejaranos recubrieron sus ropas con el musgo que crecía en las rocas del lugar y, al amanecer se dirigieron hasta la fortaleza musulmana parapetados tras su camuflaje. Al venir el día, los centinelas abrieron las puertas de las murallas por donde entraron los cristianos. Los moros creyeron que eran alimañas o monstruos y salieron corriendo. Al darse cuenta que no lo eran, gritaron ¡traición, traición!
Desde ese día, la puerta por la cual se introdujeron los cristianos y reconquistaron Béjar se le dio el nombre de Puerta de la traición. Los cristianos se apoderaron de la ciudad expulsando a los musulmanes y desde entonces el pueblo de Béjar recordó la hazaña hasta que en el s. XIV se fundió esta celebración con la del Corpus Christi, en cuya procesión se pueden seguir viendo cada año, desfilar a los hombres  musgo.

sábado, 2 de agosto de 2008

El doctor Wang

Durante la Dinastía Tang (618-907) había un monje daoísta llamado Wang Yanbo. Poseía un talento especial para la medicina, sobre todo para diagnosticar enfermedades tomando el pulso. Sus diagnósticos sobre enfermedades que amenzaban la vida eran a menudo extremadamente acertados..

El hijo del Ministro Peo Zhou tenía una enfermedad grave. Mucho médicos pasaron a verlo, pero ninguno fue capaz de dar un tratamiento efectivo.

Alguién le habló al ministro del Dr. Wang Yanbo. El ministro envió a varias personas en su busca. El médico fue a ver al enfermo y, tras tomarle el pulso y deliberar por un rato, llegó a la conclusión de que el muchacho no tenía ninguna enfermedad orgánica. El Dr. Wang le prescribió varias hierbas. Después de tomarlas, el muchacho se curó.

El ministro pregunto sobre la enfermedad de su hijo y el doctor le explicó que su hijo estaba reaccionando al veneno contenido en una clase de carpa (un tipo de pez). El ministro dudó de las palabras del médico así que se le ocurrió probar con sus sirvientes para comprobar que el diagnóstico era correcto. El ministro se convenció cuando todos estos sirvientes cayeron con los mismos síntomas que tuviera su hijo.


Otra anécdota registrada sobre Wang Yanbo se refiere a que un buen día Wang tuvo el presentimiento de que muchas personas iban a necesitar tratamiento médico. Preparó cuatro grandes calderas llenas de diferentes hierbas medicinales en su patio trasero y comenzo a hervirlas.

Repentinamente muchas personas de diferentes edades corrieron a su puerta para pedirle tratamiento médico. El Dr. Wang señaló las cuatro calderas y dijo que las personas con enfermedades febriles debían tomar de la primera caldera; las personas con enfermedades de frío,  de la segunda caldera; las personas con enfermedades de viento, que tomasen de la tercera caldera; y las personas con enfermedades del qi (energía) debían tomar de la cuarta caldera.

Tras tomar las hierbas, todas sanaron.

martes, 8 de julio de 2008

El realojador Municipal


 Hace ya bastantes años, en una noche cualquiera de San Fermín apareció a eso de las primeras horas  de la madrugada, un sujeto de la mano de una bicicleta de esas antiguas. Como indumentaria llevaba una gorra de plato y una librea tipo conserje. En el bolsillo llevaba un boligrafo y una libreta y en la solapa del bolsillo una chapita que decia: realojador Municipal.

El tipo en cuestion, serio y muy centrado en su labor, paso desapercibido alla donde estuvo y nadie apenas reparó de su presencia. Discretamente se paseo por todos los parques y jardines y amablemente con un par de leves pataditas, fue despertando a todos los forasteros, que cubiertos con mantas o sacos de dormir, descansaban por los suelos.

-Tu! ¿que haces aqui?, ¿no tienes donde dormir?

Con voz condescendiente les decia.

-Anda toma, aqui tienes cama.

En la libreta apuntaba una dirección cualquiera al azar, le daba la hoja y lo mandaba para alla.

A la señora Felisa casi le da un shock cuando a las tres de la mañana se le aparece un barbudo, desaliñado y medio dormido, con una manta de cuadros al hombro sujeta con una mano y en la otra la nota del "realojador Municipal"

-Me ha dicho que aqui tenia cama.

Esa noche la plantilla de la Policia Municipal se empleo a fondo para localizar al realojador y alojarlo en los calabozos municipales, mientras decenas de personas llamaban a comisaría para anunciar nuevos realojos municipales y exigiendo una explicación de que con que autoridad el ayuntamiento disponia de las camas de sus hogares para ofrecerlas a transeuntes.

viernes, 27 de junio de 2008

Leyendas populares

En la introducción, Un mundo de leyenda, dice el autor: se entiende por leyenda una narración fuertemente localizada, personalizada en protagonistas que pueden o no ser históricos, pero que casi siempre se mueven en una esfera de cierta temporalidad, y con una aspiración de verosimilitud o credibilidad, a pesar de que -con frecuencia- trate de hechos o acciones bastante sorprendentes. 
La leyenda aborda a menudo temas que encontramos en mitos, romances, cuentos o simples rumores. Por lo que la leyenda será la forma en que tales asuntos se nos presentan, más que el relato en sí.
Este libro hace un ameno recorrido por las antiguas leyendas populares que se han ido transmitiendo por el boca a boca a través de los siglos y por los modernos rumores que circulan en Internet y están destinados a convertirse en mitos de futuras generaciones.
Luis Díaz Viana ha recogido en esta antología los relatos legendarios de España más famosos, curiosos y divertidos.
Todos ellos muestran que el folklore continua vivo y la cultura popular derrocha capacidad de invención, haciendo de sus leyendas urbanas y cuentos maravillosos colmen el imaginario colectivo de ayer y de hoy como si fuera algo real.

lunes, 16 de junio de 2008

Mito azteca

 Los viejos náhuatl cuentan que existieron cuatro mundos llamados soles, nacieron y después se apagaron. Decían que el Primer Sol era de agua; al final todo se convirtió en peces. El Segundo Sol era de fuego; éste terminó con una lluvia de arena y lava ardiente. El Tercer Sol fue de tierra, habitada por gigantes, en él todo fue devorado. El Cuarto Sol perteneció al hombre mono y también se extinguió. En cierta ocasión se reunieron todos los dioses en la ciudad sagrada de Teotihuacan, para decidir quién se sacrificaría a fin de crear al Quinto Sol, para acabar con la oscuridad. Con esa intención se ofrecieron los dioses Tecuciztécatl, el rico, cubierto de plumas y jade; y Nanahuatzin, el pobre, lleno de llagas y vestido de papel. 

Los dioses hicieron una gran fogata para que se arrojaran y cuando las llamas brincaban, el dios Tecuciztécatl se acobardó; en cambio el dios pobre, Nanahuatzin, sin pensarlo mucho y con humildad se lanzó en medio de las llamas, en ese momento se convirtió en Sol y subió al cielo. El dios rico se avergonzó y también se sacrificó y ascendió al cielo junto con Nanahuatzin.  Al ver dos soles iguales, los dioses se preguntaban ¿cuál es cuál? Mientras trataban de resolver su duda, pasó un conejo; los dioses lo tomaron de las orejas y lo tiraron directamente al Sol que se lanzó al final, con lo que lograron reducir su brillo. A éste le llamaron Luna. De esta manera, según nuestros abuelos Náhuatl, en la actualidad tenemos al Quinto Sol que nos ilumina y una luna con un conejo en el centro.
El mito de los Cinco Soles cuenta la historia de la creación de la tierra y de los hombres, así como el papel que desempeñaron las divinidades. Los Cinco Soles corresponden a cinco períodos, en cada cual reinaba una divinidad. Pero por fin, intervenía una calamidad, sea por el agua, sea por el fuego... y los hombres desaparecían. Entonces, volvían a renacer hombres nuevos y dominaba una nueva divinidad. Ahora, según la cuenta azteca, vivimos en el quinto sol que perecerá por un terremoto.
Se dice que los hijos del Primer Sol, los
protoplasmáticos, perecieron devorados por los tigres. ¡Claro está, los Tigres de la Sabiduría! Se dice que los hijos del Segundo Sol, los hiperbóreos, perecieron arrasados por fuertes huracanes. Se refiere a la humanidad que vivió en la herradura que está alrededor del Polo Norte. Se afirma que los hijos del Tercer Sol, los lemures, perecieron por sol de lluvia de fuego y grandes terremotos. Los hijos del Cuarto Sol, los atlantes, perecieron por las aguas. Los hijos del Quinto Sol, los arios, las gentes de esta época, pereceremos por el fuego y los terremotos.

sábado, 14 de junio de 2008

La Papisa

A principios del siglo X pasaron a Alemania a convertir sajones al cristianismo varios sacerdotes ingleses, entre ellos uno con una hermosa joven que había robado a su familia para ocultar su estado interesante, y que dio a luz en Mayenza una niña que debía llamar la atención del mundo; era Juana, llamada por otros Gilberta, Isabel o Margarita, la que instruida por su padre, alcanzó tales conocimientos que admiraba a los más sabios doctores.

Llegó la edad del amor, y la ciencia fue impotente; un monje inglés de la abadía de Fulda la declaró su pasión y, vencida de su amor, huyó con él a la abadía, donde penetró bajo el nombre de Juan el inglés y estudió con el sabio Rabán Maur, hasta que partieron a Inglaterra y Francia, donde Juana, cubierta con su traje de hombre, disputó con los más célebres doctores, San Auscario, el fraile Beltrán y el abad Lobo de Ferriere, pasando luego a Atenas, que era entonces el foco de la ilustración; Juana tenía entonces veinte años, y aunque hermosa, la palidez del rostro y el hábito de fraile le dabanel aspecto de un monje joven: allí pasó algunos años, juntando a sus conocimientos universales una elocuencia que admiraba a todos, cuando su amante murió repentinamente y entonces marchó a Roma, haciéndose admitir en la escuela de los griegos para enseñar las artes liberales, causando tal entusiasmo sus arengas e improvisaciones que se le adjudicó el título de príncipe de los sabias.

Nobles, cardenales, sacerdotes, diáconos y frailes se honraban con su amistad, y admirando su pureza y talento formaron un gran partido que la elevó a la silla pontificia a la muerte de León, siendo consagrada por tres obispos en la basílica de San Pedro, ante los enviados del emperador, y en la catedral del Sena consta su retrato con el título de Juan VIII, papa hembra.

Con gran sabiduría ejerció el pontificado, confirió órdenes a prelados, sacerdotes y diáconos; consagró altares, administró el sacramento, dio a besar sus pies a los obispos, compuso varios prefacios para misas que fueron prohibidos luego por sus sucesores, y dirigió tan hábilmente la política de la Iglesia, que el anciano Lotario abrazó por su consejo la vida monástica en la abadía de Prum, recibiendo Luis la corona imperial de manos de Juana.

Juana, hasta entonces pura, ya sea que la naturaleza la impulsara o que el poder corroe los más bellos sentimientos, eligió un amante, le colmó de honores y se aseguró de su discreción, y fue tanta, que aún no se sabe si era un camarero o un capellán, la mayoría cree que un sacerdote-cardenal de la iglesia de Roma; lo cierto es que la indiscreta naturaleza la dejó encinta y que en una procesión de rogaciones, yendo a caballo, revestida de los ornamentos pontificales, al llegar cerca de la basílica de San Clemente los dolores de parto fueron tan grandes, que soltó las riendas y cayó del caballo lanzando horribles gritos, hasta que, destrozadas las sagradas vestiduras, dio a luz un niño, en medio de una confusión horrible y de las amenazas del clero, sucumbiendo allí la desdichada al dolor y la vergüenza, con un adiós al sacerdote-cardenal que la sostenía, volando su alma al cielo, después de dos años de pontificado.

Allí mismo la enterraron con su hijo, que fue ahogado por los sacerdotes y se levantó sobre su tumba una capilla con una estatua de mármol de la papisa, revestida de los hábitos sacerdotales y un niño en los brazos, que fue destruida por Benito III, pero cuyas ruinas aún se veían en el siglo XV.


El clero, indignado, inventó la prueba de la silla horadada, en la que se sentaba el Papa medio tendido, con las piernas separadas y los hábitos entreabiertos para mostrar su virilidad; dos diáconos se aseguraban por la vista y el tacto, y gritaban: Ya tenemos Papa. Todos se prosternaban al Deo granja, le ceñían el cinturón, le besaban los pies y celebraban un gran festín; esta prueba ridícula duró hasta León X.

Mariano Escoto

No se sabe si la historia es verídica. En algún momento, la Iglesia Católica aceptó la realidad del Papa Juana. Notas marginales en un documento del siglo XV se refieren a una estatua llamada "La Mujer Papa con Su Hijo". También existen mas de 500 manuscritos antiguos que contienen los detalles del reinado Papal de Juana, entre ellos encontramos documentos de autores famosos como Platina, Petrarca y Boccaccio.
Durante la Reforma en el siglo XVI la Iglesia Católica comenzó a negar su existencia.





La Papisa Juana

Royidis, Emmanuel

Sudamericana. Buenos Aires 1973

Traducción y adaptacion del griego: Lawrence Durrell

Traducción española: Estela Canto.




Año de producción: 1972
País:
Reino Unido
Dirección:
Michael Anderson
Intérpretes:
Liv Ullmann, Jeremy Kemp,Natasa Nicolescu, Peter Arne, Nigel Havers,Lesley-Anne Down, Olivia de Havilland, Patrick Magee, Maximilian Schell.
Guión:
John Briley
Música:
Maurice Jarre
Fotografía:
Billy Williams
Duración:
132 min.

sábado, 7 de junio de 2008

Paco


Paco fue un perro vagabundo de color negro, de tamaño mediano y de raza indefinida, al que la gente le acabó atribuyendo asombrosas cualidades. 

La suerte de este can cambiaría  notablemente a partir de una tarde en la que se cruzó en la vida de Don Gonzalo Saavedra y Cueto, marqués de Bogaraya,  grande de España y persona de futuro (años más tarde se convertiría en alcalde de Madrid) y con su séquito de "meapilas" y zalameros que siempre solía llevar a su alrededor.

Era 4 de octubre de 1879, día de San Francisco de Asís, protector de los animales, y el marqués decidió que emularía lo que seguramente haría el santo en esa situación, es decir, dar de comer al animal. Pero de una manera rocambolesca, no sin antes verter sobre la cabeza del can un chorro de champán al tiempo que pronunciaba una muy particular fórmula bautismal:

     ¡Yo te bautizo en el nombre de mi nobiliaria gana con el nombre de "Paco" 

 y te encomiendo, desde ahora, al serafín de Asís, 

reconociéndome yo como tu padrino para cuando tu santo  patrono 

se descuide en el socorrerte y defenderte, Amén! 

El escenario fue el "Café de Fornos", un concurrido local de la época, donde se reunían poetas, literatos y bohemios noctámbulos.

Aquella ocurrencia del marqués fue muy comentada por todo Madrid y pronto otros quisieron imitarle, de forma que se puso de moda invitar a Paco allá donde se le encontrase, y se tomó como signo de distinción hacerse acompañar por él. Ningún lugar donde se reuniera la sociedad madrileña estaba vedado a Paco y se le podía encontrar hasta en los estrenos del emblemático teatro Apolo. Hasta Palacio llegaron las hazañas del perro, y hay constancia de que los monarcas pidieron al Marqués de Bogaraya, hombre de confianza del rey, que llevara a cabo los preparativos para realizar una ceremonia de presentación de Paco a los monarcas.

 Era común que los periodistas de la época en sus críticas, incluyeran comentarios y chascarrillos utilizando la figura de Paco, como por ejemplo cuando un concierto había sido penoso comentaban "pudo verse a Paco lanzando aullidos lastimeros, sumándose a las protestas de los espectadores". Menos el periodista Mariano de Cavía que bajo el seudónimo de Sobaquillo escribía la crónica taurina de El Liberal, dejaba claro en sus escritos su rechazo a la aparición del canido en el ruedo. Porque Paco no solía faltar a los festejos taurinos y había tomado por costumbre intervenir cuando el público abroncaba a toros o toreros, hasta el punto de que a veces, cuando los pitos arreciaban, saltaba a la arena y se ponía a ladrar gallardamente junto al hocico del toro.

Pero no llegó a viejo por culpa de esta arriesgada costumbre. Una tarde de junio en 1882, un mal aprendiz de torero, enfurecido porque no sabía dominar la faena, dio un estoconazo  al perro Paco. La prensa comentó el suceso en primera plana y se dieron partes cotidianos para mantener informado al público que se interesaba por su estado.

Paco fue disecado y por un tiempo expuesto en un pequeño museo taurino que hubo en la calle Alcalá esquina a la de la Fuente del Berro, hasta que se cerró en 1889. Se decidió entonces darle privilegiada sepultura, en el rincón más florido y bello de los jardines del Buen Retiro. Un caso de amor de una población, como la del Madrid de entonces, a un perro feo, sin raza definida, pero simpático y cariñoso como ninguno e inteligente como el que más.

martes, 3 de junio de 2008

Historia del viento sur


 Hace millones de inviernos, cuando el fuego del sol recién estaba naciendo, más allá del sur de la Tierra, en Santa Cruz, vivían los gigantes. 

Eran tiempos de noches con estrellas, de ballenas cantando en el mar, de cuevas para abrigarse.

En una de esas cuevas vivía Huenulún, el gran jefe. Y con él vivían sus tres esposas y su única hija, Calafate.

Calafate tenía los ojos dorados y una cabellera del color de las uvas oscuras. Todas las noches se peinaba con el viento, en la orilla de las olas. Por las mañanas, el sol se apuraba a llegar y las gaviotas danzaban en el cielo cuando escuchaban su canto.

Un día, desde el aire llegó a las tierras de Huenulún un gigante de las tierras más al sur del sur. Se llamaba Aoniquén y montaba un hermoso cisne de cuello negro. Apenas vio a la joven supo que no quería separarse de ella hasta el final de los días y las noches. Lo mismo sintió ella.

A Huenulún le molestó el forastero. Amaba demasiado a su hija como para soportar que se alejara hacia otra tribu. Amaba demasiado a su tribu como para permitir que entrara un extraño. Así que, como se aproximaba el tiempo de la nieve, ordenó a su gente marchar hacia el norte.

De nada sirvieron los ruegos de Calafate. Aoniquén no podía ir con ellos y ella no podía quedarse allí.

Esa misma noche, mientras el gran jefe dormía, Aoniquén y Calafate subieron juntos al cisne de cuello negro, se cubrieron con la mejor manta que había fabricado la joven y escaparon hacia las tierras de los bosques, de los ríos y de los lagos con peces, donde ellos creían que nunca irían a buscarlos.

A la mañana siguiente, cuando Huenulún notó que su hija no estaba, bramó como un puma herido y ordenó a la hechicera que la hiciera regresar.

La bruja encendió una fogata de fuego eterno, echó en una vasija plumas de ñandú, patas de zorro colorado, tallos de totora y agua del tronco del caldén. Poco a poco, un vapor azulado fue trepando hacia el cielo. La vieja siguió su recorrido. Después llevó a su oreja la caracola de los murmullos marinos.

Pronto supo del vuelo del cisne y cómo ubicarlo. Entonces, soltó una bandada de feroces pájaros violetas que volaron en la dirección exacta. 

Cerca de los bosques de ñires y lengas, los pájaros de la bruja encontraron a la pareja montada en el cisne. Con sus largos picos atacaron al animal, que, enloquecido de dolor, empezó a curvarse. Calafate cayó cerca de los árboles y Aoniquén un poco más allá, en la orilla del lago. 

Cuando Huenulún llegó al sitio donde había caído su hija sólo encontró una planta desconocida de flores amarillas como los ojos de la joven, de frutos violáceos como sus cabellos y de sabor tan dulce como su canto. Es el calafate, que hoy crece en la Patagonia. 

 El joven gigante había sobrevivido, pero al conocer el destino de su amada, se le heló elcorazón y rápidamente todo él fue un muro de hielo azul. 

Es el glaciar que aún hoy, cuando se acuerda de ella, grita como el trueno y se rompe de amor.

jueves, 29 de mayo de 2008

Los terrenos del Paraíso

 Una epístola inédita del astrólogo y astrónomo valenciano del siglo XV Bertomeu Gerp ubica, a través de las matemáticas, el paraíso terrenal en el actual Kurdistán, en una zona vecina a Jerusalén y a Siria.

Gerp justifica esta afirmación contando con que Adán, "expulsado del paraíso, habitó Siria y llegó a Damasco, para morir junto al valle de Hebrón, en Palestina".

En la carta  Gerp, también expone el día de la Pasión de Cristo, situándolo en el 25 de marzo, sexta feria, del año 34 de la Salvación, y especula a su vez sobre la fecha de creación del mundo, que establece entre el 21 de septiembre o el 1 de octubre.

jueves, 15 de mayo de 2008

El milagro de las Navas

 
 El verano de 1212, cuando se acababa de descubrir el cuerpo incorrupto de Isidro labrador, se presagiaba decisivo para la suerte de Castilla. El Papa de Roma, Inocencio III llama a cruzada y al mismo tiempo pide tregua bajo pena de excomunión a los reyes cristianos que tengan deudas pendientes con Alfonso VIII. El dieciséis de julio de 1212, en el campo de batalla, Al Nasir al frente de su ejército de almohades, sufrió la más cruenta derrota.

El arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, en su Historia de los hechos de España cuenta “que un hombre del lugar, muy desaliñado en su ropa y persona, que tiempo atrás había guardado ganado en aquellas montañas y se había dedicado allí mismo a la caza de conejos y liebres, indicó un camino más fácil completamente accesible por una subida de la ladera del monte”.

Alfonso VIII celebró misa de acción de gracias en Toledo y a su paso por Madrid, al ver el cuerpo de San Isidro, exclamó: Este es el pastor que me mostró el camino cuando alcancé la victoria de las Navas de Tolosa, y en la carta que escribió al Papa contándole los pormenores de la batalla, le dice como “por la guía de cierto rústico que nos envió Dios sin esperarlo, hallaron nuestros magnates en el mismo sitio otro paraje bastante mas fácil”.

Cabe mencionar que el santo tiene dedicada en la capital de España una colegiata que fue construida entre los años 1626 y 1664 y que desde el año 1885 hasta 1993 actuó como catedral. Ahí se conserva y venera el Cuerpo incorrupto de San Isidro. Tenía más de 90 años cuando murió.

Isidro labrador y su mujer, María de la Cabeza, forman uno de esos pocos matrimonios a los que la Iglesia ha elevado a los altares. El 93% de los santos que aparecen en el santoral están enmarcados por su vida celibatoria y consagrada. Sólo un 7% pertenece al grupo de los desposados. Pero en este pequeño grupo habría que hacer una valoración. La mayoría de ellos no han sido exaltados a la santidad por la calidad de casados, sino por otros aspectos.