Durante la Dinastía Tang (618-907) había un monje daoísta llamado Wang Yanbo. Poseía un talento especial para la medicina, sobre todo para diagnosticar enfermedades tomando el pulso. Sus diagnósticos sobre enfermedades que amenzaban la vida eran a menudo extremadamente acertados..
El hijo del Ministro Peo Zhou tenía una enfermedad grave. Mucho médicos pasaron a verlo, pero ninguno fue capaz de dar un tratamiento efectivo.
Alguién le habló al ministro del Dr. Wang Yanbo. El ministro envió a varias personas en su busca. El médico fue a ver al enfermo y, tras tomarle el pulso y deliberar por un rato, llegó a la conclusión de que el muchacho no tenía ninguna enfermedad orgánica. El Dr. Wang le prescribió varias hierbas. Después de tomarlas, el muchacho se curó.
El ministro pregunto sobre la enfermedad de su hijo y el doctor le explicó que su hijo estaba reaccionando al veneno contenido en una clase de carpa (un tipo de pez). El ministro dudó de las palabras del médico así que se le ocurrió probar con sus sirvientes para comprobar que el diagnóstico era correcto. El ministro se convenció cuando todos estos sirvientes cayeron con los mismos síntomas que tuviera su hijo.
Otra anécdota registrada sobre Wang Yanbo se refiere a que un buen día Wang tuvo el presentimiento de que muchas personas iban a necesitar tratamiento médico. Preparó cuatro grandes calderas llenas de diferentes hierbas medicinales en su patio trasero y comenzo a hervirlas.
Repentinamente muchas personas de diferentes edades corrieron a su puerta para pedirle tratamiento médico. El Dr. Wang señaló las cuatro calderas y dijo que las personas con enfermedades febriles debían tomar de la primera caldera; las personas con enfermedades de frío, de la segunda caldera; las personas con enfermedades de viento, que tomasen de la tercera caldera; y las personas con enfermedades del qi (energía) debían tomar de la cuarta caldera.
Tras tomar las hierbas, todas sanaron.
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