El autor de este libro, Pepe Rodríguez, introduce, comenta y contextualiza textos bíblicos literales, pero sobre todo deja que la propia "palabra de Dios" presente historias y pasajes inadmisibles en cualquier tiempo y lugar, con relatos rebosantes de masacres, asesinatos, violencia y expolios perpetrados sobre inocentes, fuesen adultos o menores; con violaciones y abusos contra mujeres, a las que se humilla desde textos cuasi-pornográficos; con desprecio a los hijos y con relatos y que ensalzan y premian a cobardes, tramposos, adúlteros, xenófobos, asesinos y traidores aupados a héroes bíblicos. El lector descubrirá también cómo se manipularon historias bíblicas bien conocidas a fin de esconder que el relato original situó a Dios como único responsable de muchas tragedias evitables e inútiles.
El Dios que aflora tras una lectura bíblica crítica está muy alejado de la figura justa que subyace en el imaginario colectivo, pues resulta contradictorio, arbitrario y cruel; legislador de mandatos terribles al tiempo que pasivo y complaciente ante hechos inaceptables que se erigirán en aval y sostén de conductas tan reprobables y persistentes como la discriminación y violencia contra la mujer o la xenofobia.
Este libro muestra lo que toda Biblia contiene y pocos leen, esto es, textos (y presuntos hechos) capaces de horrorizar a cualquiera, que son atribuidos a Dios y fueron cuna de la cultura occidental. No se trata de analizar mitos, sino de mostrar los pésimos ejemplos heredados del dios bíblico.
El Dios que aflora tras una lectura bíblica crítica está muy alejado de la figura justa que subyace en el imaginario colectivo, pues resulta contradictorio, arbitrario y cruel; legislador de mandatos terribles al tiempo que pasivo y complaciente ante hechos inaceptables que se erigirán en aval y sostén de conductas tan reprobables y persistentes como la discriminación y violencia contra la mujer o la xenofobia.
Este libro muestra lo que toda Biblia contiene y pocos leen, esto es, textos (y presuntos hechos) capaces de horrorizar a cualquiera, que son atribuidos a Dios y fueron cuna de la cultura occidental. No se trata de analizar mitos, sino de mostrar los pésimos ejemplos heredados del dios bíblico.
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