En el valle de Ata se encuentra un monolito de metro y medio, el Menhir de “Erroldan Harria”. Su fama tiene su origen en las marcas que lleva incisas sujetas a diversas interpretaciones entre investigadores que han tratado de ver en esos trazos alguna señal muy antigua) y también por la leyenda que le da nombre.
Cuentan que fue arrojado por Roldan, famoso personaje de la Batalla de Roncesvalles que aparece en varias leyendas lanzando enormes piedras en diversos lugares de la geografía navarra y casi siempre errando el tiro... En esta ocasión se dice que la lanzó contra el Templo de San Miguel de Aralar para destruirlo, pero que no lo hizo con suficiente fuerza y cayó en Ata. Se decía que las marcas incisas eran las señales de las uñas de los dedos de Roldán al agarrar la roca para lanzarla. Son seis los surcos enigmáticos que marcan la piedra que los expertos dicen es un menhir verdadero.
Sobre el pasto del valle de Ata, en los claros que entre los hayedos dejan ver el cielo, el menhir sobresale más de un metro pero guarda enterrados sus secretos todavía otros dos metros bajo tierra.
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