El crisantemo es de origen asiático, pero plenamente extendido por todo el mundo, es una flor hermosa y agradecida, cargada de simbolismo. En Occidente, donde también es conocido como San Vicente, es tradición utilizarlo como ofrenda floral en el Día de Difuntos.
En China el crisantemo es empleado como ornamental desde hace más de dos mil años; su cultivo se trasladó a Japón donde se convirtió en una flor santa que recibía una veneración divina. Todavía es utilizado en ceremonias y la flor es el símbolo de una vida larga. Contrariamente a lo que piensa mucha gente, la esfera en la bandera japonesa no representa el sol naciente sino el corazón de un crisantemo despojado de sus pétalos.
Fue introducida en Europa a través de Francia en el último tercio del siglo XVIII.
Linneo la llamó con el prefijo griego Χρυς (krys) : oro, dorado (el color de las flores originales), y la desinencia superlativa ανθεμον (anthemo) de το ανθος ( –la– flor ).
En México regalarla equivale a una declaración de amor, es un símbolo de amor.
Y es… la flor de noviembre.
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