En una ocasión hicieron novillos su hermano y él y se fugaron durante tres días al monte alimentándose de frutas y raíces. Cuando su padre los encontró estaban durmiendo. Les zurró de lo lindo y los ató codo con codo para que todo el pueblo los viera.
Con 14 años, construyó un cañón agujereando un trozo de viga. Lo disparó con tan mala suerte que hizo un agujero en la puerta de un vecino. Pasó por esto tres días en la cárcel y, a petición de su padre, no recibió alimento durante esos tres días.
A principios del siglo XX la obtención de una cátedra en la Universidad venía precedida de una dura oposición y algunas pruebas. Uno de esos opositores se había preparado a fondo y preguntó a Don Santiago:
- ¿Cree usted que me falta algo para completar mi preparación?
Don Santiago, sin inmutarse, le respondió:
- ¿Sabe jugar al billar?
- ¡Pues no!
- Creo que ha perdido el tiempo y la cátedra. El presidente del tribunal juega todos los días al billar para facilitar la digestión. Siempre lo hace en compañía de un candidato y casualmente los aspirantes hacen cola…
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