Casement viajó a África por primera vez en 1883, a los diecinueve años. Trabajó en el Estado Libre del Congo para varias empresas y para la Asociación Internacional Africana fundada por el rey Leopoldo II de Bélgica.
En 1892, Roger Casement dejó el Congo para trabajar en Nigeria como funcionario de la Secretaría de Estado para las Colonias. En 1895 fue nombrado cónsul en Lourenço Marques (hoy Maputo).
Hacia 1900, se encontraba de regreso en el Congo, en Matadi, donde fundó el primer puesto consular británico en el país. En sus despachos denunció al Foreign Office repetidas veces los malos tratos a que era sometida la población nativa y las catastróficas consecuencias del sistema de trabajos forzados. En 1903, después de que la Cámara de los Comunes, a instancias de activistas humanitarios, aprobase una resolución acerca del Congo, recibió el encargo de investigar la situación en el Estado Libre. El resultado fue su célebre Informe Casement sobre el Congo.
El informe, publicado en 1904 a pesar de las presiones que recibió el gobierno británico por parte del rey de Bélgica, provocó un gran escándalo. Su denuncia sobre la situación en el Congo fue la razón principal por la que fue nombrado caballero en 1911.
En 1906 fue enviado a Santos, en Brasil, donde desarrolló un trabajo similar al que había realizado en el Congo, esta vez entre los indios putumayo de Perú.
Casement dimitió del servicio colonial en 1912. Al año siguiente se unió a los "Voluntarios Irlandeses".
Cuando en 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, intentó asegurarse la ayuda alemana para la causa de la independencia irlandesa, para lo cual viajó hacia Alemania pasando por Estados Unidos. Se veía a sí mismo como embajador autonombrado de la nación irlandesa. Casement llegó a un acuerdo con Alemania, que aseguraba el apoyo de ese país a una Irlanda independiente. Sus esfuerzos se revelaron infructuosos y el proyecto se abandonó tras gastar mucho tiempo y dinero. Casement no supo del Alzamiento de Pascua hasta que el plan no estuvo del todo preparado. El IRB prefirió mantenerlo al margen, e incluso trató de sustituirlo.
De regreso, demasiado débil para viajar, fue descubierto y posteriormente arrestado por cargos de traición, sabotaje y espionaje contra la Corona.
Entre las personas que solicitaron el indulto para él fueron Sir Arthur Conan Doyle, que mantuvo una relación muy estrecha con Casement a través de la labor en la Asociación de Reforma del Congo, y George Bernard Shaw. Sin embargo, Joseph Conrad no pudo perdonar a Casement por su traición hacia Gran Bretaña.
Antes de su ejecución, las fotografías de un diario que la Corona alegó pertenecían a Casement mostraban que pudo haber sido un promiscuo homosexual con una gran afición por los hombres jóvenes. Sin embargo este punto nunca ha encontrado unanimidad sobre su veracidad. Los diarios ahora pueden ser inspeccionados en los Archivos Nacionales en Kew.
Después de un infructuoso recurso de casación contra la sentencia de muerte, fue ahorcado en la prisión de Pentonville, en Londres el 3 de agosto de 1916, a la edad de 51 años. Se convirtió al catolicismo a la espera de ejecución y se dirigió a su muerte "con el cuerpo de su Dios como su última comida". Como era costumbre en aquel momento, el cuerpo de Casement fue enterrado en cal en el cementerio de la parte trasera de la prisión.
En 1965, el cuerpo de Casement fue repatriado y, después de un funeral de estado, fue enterrado con honores militares en el cementerio de Glasnevin en Dublín. Sin embargo en la década de los 90, se emitieron dudas sobre si los huesos eran los del propio Casament dado que es imposible distinguir sus huesos de los de otros presos.
3 comentarios:
Un buen artículo de Augusto Wong Campos, titulado Las raíces de lo humanoque guarda cierta relación con este tema:
http://www.geocities.com/Paris/2102/vext22.html
Aunque Casement aparece en los diálogos del Ulyses de Joyce, es uno de los personajes de Los Anillos de Saturno de W.G Sebald y aparece retratado por Conrad en la novela Los Herederos, ha sido Mario Vargas Llosa con El sueño del celta quien ha hecho justicia con Sir Roger Casement dandole los honores de una gran novela.
Fue un buen hombre que luchó por la humanidad de los más desprotegidos. Saludos, oh salve, Casement.
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