El dilema del prisionero fue expuesto por primera vez por el Instituto de Ciencias Avanzadas de Princeton en los años 50.
Dos delincuentes son detenidos y encerrados en celdas de aislamiento de forma que no pueden comunicarse entre ellos. El alguacil sospecha que han participado en el robo del banco, delito cuya pena es diez años de cárcel, pero no tiene pruebas. Sólo tiene pruebas y puede culparles de un delito menor, tenencia ilícita de armas, cuyo castigo es de un año de cárcel. Promete a cada uno de ellos que reducirá su condena a la mitad si proporciona las pruebas ofreciendo una evidencia contra el otro. Las alternativas para cada prisionero pueden representarse en forma de matriz. Es decir, si los dos permanecen en silencio, pasaran 1 año en la cárcel y si los dos confiesan, 3 años. Pero si uno calla y el otro confesara, entonces sería condenado a pasar 5 años en la cárcel mientras que él quedaría en libertad y viceversa. El juego ilustra el hecho de que la verdadera decisión consiste en saber hasta que punto se puede confiar o no en el cómplice. ¿Cederá alguno a la tentación de conseguir su libertad a costa de enviar a su cómplice 5 años a la cárcel?. ¿Cooperaran, callando y resignándose a pasar 1 año en prisión, o confesarán, consiguiendo 3 de cárcel, el “resultado de los tontos”?.
| Dilema del Prisionero | Prisionero 2 | ||
| no confiesa | confiesa | ||
| Prisionero 1 | no confiesa | 1 - 1 | 5 - 0 |
| confiesa | 0 - 5 | 3 - 3 | |
Este es un juego de dos personas, pero podría darse entre n personas. El problema es que lo individualmente racional conduce al fracaso colectivo. Lo mismo puede ocurrir en el caso de muchas otras acciones colectivas (manifestaciones, revoluciones, guerras, votaciones, etc.) y en muchos otros contextos, por lo que este juego ha resultado útil en una gama muy amplia y variada de investigaciones en Ciencias Sociales.
Este y otros juegos pueden caracterizarse por el orden de las alternativas siguientes.
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