Si uno fuese consciente de lo que este País guarda dentro de si, en sus intimidades y no en los desaforados viajes cuasi galácticos, uno, con humildad, tomaría pocas cosas para su mochila y, china chana, comenzaría a caminar en cualquiera de las direcciones que el sol indica.
Porque en todos los lugares hay paisajes y pueblos y gentes que merecen contemplarse, recorrerse o pegar la hebra con ese viejecillo que ha visto como el mundo ha regirado mas de ochenta veces alrededor de su vida y él, con la sabiduría del tiempo, reflexiona sobre hacia donde camina el mundo en estos tiempos tan desbaratados.
Para todo eso, para ser capaz de conectar con esa reflexión caminera, solo hace falta un tantico de humildad, una buenas botas camineras, una gayata o bastón y un dejarse ir, sin mas, hacia donde el cuerpo te empuje. El País es ancho y ajeno y te muestra los secretos si tu eres capaz de aceptarlos tal y como vienen. Solo así descubrirás los secretos de la Galicia profunda, los misterios de Cantabria, los amplios espectáculos de Asturias, Euskadi en lo mas impetuoso y Navarra, o la Rioja, o el Aragón épico y destartalado, o la Cataluña suave y melancólica.
Y así, cuando hayas regirado por el este y el sur, por el oeste y el centro y regreses a tu casa, una y otra vez, traerás, en tu humilde equipaje, la mayor riqueza del mundo: las amistades de todos los paisanos y paisanas que te habrán abierto sus corazones para contarte la vida como ellos la han contemplado y visto en los humildes rincones de esta tierra nuestra. Nada en el mundo como estos hermosos paisajes, difíciles de descubrir, pero profundos y hermosos si tienes la capacidad de dar con ellos. Hoy por hoy, en las Agencias de viajes, todavía no se ofertan estos eventos. ¡Menos mal!
José Antonio Labordeta
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Caricatura de Gusi Berjel
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