El vallado del encierro existe desde 1776, pero la presencia de la doble barrera es bastante reciente. Durante el siglo pasado era bastante habitual que los toros se fugaran creando gran alarma en la ciudad. El 7 de julio de 1884 hubo una gran psicosis cuando un hombre que traía dos corderos recién asados de una pastelería de la Estafeta, trataba de abrir paso entre la muchedumbre agolpada cerca de las vallas. Por evitar unas gotas de grasa del animal se comenzó a generar un gran oleaje humano que rápidamente se avivó al grito de “Se ha escapado un toro”.
El actual vallado, a cargo de la Carpintería Aldaz Remiro de Puente La Reina desde 1992, está hecho de madera de abeto y se compone de más de 1.800 tablones, 40 puertas, 590 maderos, 200 empalizadas y 2.000 tornillos.Anteriormente esa labor la desempeñaron las carpinterías Azcona y la de Pezonaga y España.
El vallado , como ya se ha dicho, es doble y sólo se puede ocupar la segunda valla; el espacio intermedio está reservado para los corredores en apuros, servicios médicos, policía y prensa.
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