- Entre con su bella esposa, effendi, vengan a mi humilde tiendita, que aquí podrán comprar cosas mágicas...
El joven matrimonio entra y el vendedor les muestra un par de babuchas a las que atribuye ciertos poderes mágicos, muy apreciados entre los recién casados.
El joven matrimonio entra y el vendedor les muestra un par de babuchas a las que atribuye ciertos poderes mágicos, muy apreciados entre los recién casados.
- Con ellas, effendi, podrán aparearse salvajamente, como camellos enfurecidos
La chica, tentada por el comentario del vendedor, accede; pero el hombre, picado en su amor propio, dice que no las necesita.
- Pruébalas, effendi, pruébalas, no te arrepentirás, insiste el vendedor. Como su mujer está cada vez más interesada, el hombre termina por acceder y se prueba las sandalias.
De repente... apenas se ha calzado, una mirada feroz se dibuja en su rostro...
un ansia incontenible.. una furia que su mujer jamás había visto... Veloz como una fiera en celo, el joven marido aferra al vendedor por la cintura, le sube la chilaba, le baja los pantalones y se arroja sobre él.
- ¡¡¡Detente effendi!!! le dice con lágrimas en los ojos torcidos y grita desesperado el vendedor:
De repente... apenas se ha calzado, una mirada feroz se dibuja en su rostro...
un ansia incontenible.. una furia que su mujer jamás había visto... Veloz como una fiera en celo, el joven marido aferra al vendedor por la cintura, le sube la chilaba, le baja los pantalones y se arroja sobre él.
- ¡¡¡Detente effendi!!! le dice con lágrimas en los ojos torcidos y grita desesperado el vendedor:
- ¡Te las pusiste al revés, inútil, te las pusiste al revés!
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