La vieja ley del “ojo por ojo” deja a todo el mundo ciego.
Es inmoral porque busca humillar al adversario antes que ganar su comprensión; busca aniquilar, antes que convertir.
La violencia es inmoral porque está motorizada por el odio antes que por el amor. Destruye la comunidad y hace que la “hermandad” sea imposible.
Deja a la sociedad en un monólogo, antes que en un diálogo. La violencia termina derrotándose a sí misma.
Crea amargura en los que sobreviven y brutalidad en los destructores.
Martin Luther King
Premio Nobel de la paz en 1964
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