El Sapo de caña o sapo gigante (Bufo marinus, Linnaeus 1758) es el sapo más grande de las tierras bajas de América Tropical. El sapo de caña es un reproductor prolífico; las hembras depositan un solo grupo desovando un gran número de huevos. Su éxito reproductor es en parte debido al alimento, tienen una dieta rara entre los Anuros, se dice de él que es un comelotodo. Los sapos adultos varían en la longitud del cuerpo desde 90-200 mm y pesa de 80 g -1,2 Kg. El espécimen más grande registrado pesó 2,65 kg y alcanzó 38 cm desde el hocico hasta la cloaca. Las hembras tienen el dorso color pardo oscuro con manchas irregulares color beige y chocolate con una raya beige en el dorso. Los machos son de color uniforme canela pardo.
La bufotenina, uno de los químicos excretado por el sapo de caña, es clasificada como una droga. Está en la misma clasificación en cuanto a peligrosidad que la heroína y cocaína. Su consumo se realiza lamiendo la piel del sapo y sus efectos son estimulantes e incluye alucinaciones, que duran menos de una hora.
En tentativas de controlar al nativo escarabajo de caña, ya que asolaba los cultivos de caña de azúcar, 102 sapos gigantes fueron introducidos en Australia desde Hawai en junio de 1935. Ahora es considerado una plaga en la region ya que tiene grandes glándulas venenosas y el tóxico de su piel mata depredadores nativos cuando los ingiere, entre ellos, el cocodrilo australiano de agua dulce. Los cocodrilos se tragan los sapos y luego aparecen flotando en el río. La población de estos reptiles está cayendo a un ritmo de 600 por año debido a la mala digestión que hacen de este anfibio venenoso. Teniendo en cuenta su portentosa capacidad reproductora, la voz de alarma ya ha sido lanzada.
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