Cuando todavía era estudiante empezó a hacer dibujos topográficos y arquitectónicos, así como bocetos de objetos históricos. Publicó los resultados de sus viajes por Gran Bretaña en su Itinerarium curiosum en 1724.
En 1718, se convirtió en el primer secretario de la Sociedad de Anticuarios de Londres.
A pesar de que sus méritos como anticuario le habían hecho bien conocido por la comunidad científica, no fue hasta que adquirió el libro de John Aubrey Monumenta Británica, que se haría famoso.
John Aubrey (1626-1697) Desde niño mostró gran interés por la historia y las antigüedades, y es curiosamente más conocido por ser autor de breves piezas biográficas, usualmente conocidas como Vidas breves.
En 1718, se convirtió en el primer secretario de la Sociedad de Anticuarios de Londres.
A pesar de que sus méritos como anticuario le habían hecho bien conocido por la comunidad científica, no fue hasta que adquirió el libro de John Aubrey Monumenta Británica, que se haría famoso.
John Aubrey (1626-1697) Desde niño mostró gran interés por la historia y las antigüedades, y es curiosamente más conocido por ser autor de breves piezas biográficas, usualmente conocidas como Vidas breves.
Pero el descubrimiento por azar, en 1648 cuando iba de caza con unos amigos de Stonehenge, fue la mayor contribución de Aubrey a la arqueología. Volvió a Stonehenge en 1663 por orden del rey para llevar a cabo un estudio detallado. Sus conclusiones fueron que Stonehenge había sido un templo de druidas. Documentó depresiones en el terreno conocidos como "agujeros de Aubrey", que fueron localizados y excavado en 1921 y se encontró que contenían los restos incinerados. Él opinaba que el mundo era mucho más antiguo de lo que se suponía, una de las ideas en que se adelantó a su tiempo.
Fue ese libro de Aubrey, como decíamos, el que cautivó a William Stukeley, llegando a resultar una obsesión para él. Tanto fue así, que no tardó en ponerse en camino para indagar sobre el terreno. Sus actividades en las excavaciones de Stonehenge y Avebury, dieron como resultado dos libros que serían publicados en 1740 y 1743.
Stukeley dio a los arqueólogos modernos la clave de la verdadera utilidad de Stonehenge trazando los puntos de referencia que señalaban el solsticio de verano y el solsticio de invierno, así como otras indicaciones. También trató de demostrar que los constructores de Stonehenge utilizaron un sistema de medición llamado "codo de druida" (20,8 pulgadas). Fue ese libro de Aubrey, como decíamos, el que cautivó a William Stukeley, llegando a resultar una obsesión para él. Tanto fue así, que no tardó en ponerse en camino para indagar sobre el terreno. Sus actividades en las excavaciones de Stonehenge y Avebury, dieron como resultado dos libros que serían publicados en 1740 y 1743.
Pero no paraba ahí su curiosidad. Estaba interesado en muchos otros temas, incluyendo la historia de Robin Hood, los efectos producidos por los terremotos, así como sobre cuestiones médicas. Pintaba (su imagen es un atorretrato de 1735) e incluso escribió música para flauta.
En 1730, cambió de carrera y fue ordenado como vicario de la Iglesia de Todos los Santos en Stamford, en Lincolnshire. En 1734 se publicó su libro, Paleographia Sacra, en el que sostenía que la mitología pagana se deriva de la tradición bíblica.
En 1730, cambió de carrera y fue ordenado como vicario de la Iglesia de Todos los Santos en Stamford, en Lincolnshire. En 1734 se publicó su libro, Paleographia Sacra, en el que sostenía que la mitología pagana se deriva de la tradición bíblica.
Pero su Memorias de Sir Isaac Newton, va a ser lo que le de notoriedad, algo un tanto injusto probablemente.
Murió en Londres el 3 de marzo de 1765. Entre sus pertenencias hallaron una maqueta de Stonehenge que había tallado en madera.
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