Si se diese con un gobernante sabio, justo, prudente, honrado y generoso, el pueblo que lo encontrara podía desentenderse de muchas preocupaciones políticas y desmontar gran parte de la maquinaria del Estado, algunos de cuyos principales elementos están engranados con la única finalidad de que los ejercientes del Gobierno se controlen unos a otros, conteniendo recíprocamente sus respectivos abusos, ya que todo poder sin freno tiende de manera fatal al despotismo. Pero el ser adornado de tan excelsas, variadas y dilatadísimas virtudes, no sería un hombre, sería un dios, y a los dioses se les ocurre bajar a la tierra muy de tarde en tarde, a causa, sin duda, del mal trato que aquí les damos y que ellos no pueden o no quieren evitar.
Indalecio Prieto
1 comentario:
Del libro de Indalecio Prieto,Palabras al viento, Artículos, anécdotas y ″recuerdos dulces y amargos de la vida˝.
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