Fue autor de, entre otras muchas obras, Arte de hablar, Gramática filosófica de la lengua castellana (1910); del Diccionario de ideas afines (1899) ; del drama Mi siglo y mi corazón y la zarzuela El muerto vivo. También elaboró estudios de Física y Matemáticas. Célebres fueron sus estudios sobre Astronomía, Aritmética y Geodesia, o el curioso ensayo "Movilización de la fuerza del mar: aprovechamiento de los motores irregulares como las mareas y las olas"
Fue diputado a Cortes, senador y ministro de Fomento del segundo gobierno de la I República de 1873, porque hasta el final de sus días sería un republicano acérrimo.
La preocupación por los menores, constituyó una obsesión continua en la vida y en la obra de Eduardo Benot. Con la famosa "Ley Benot", mediante la que se pretendió atender con urgencia a la protección de los menores desde un punto de vista legislativo, una ley muy audaz para la época, se convirtió en el pionero en la protección social de la infancia en España.
Pudo ser rico y optó por vivir honrado, el gran maestro Benot tuvo, en efecto, un solo orgullo: el de cruzar por el mundo del brazo de la Honradez, que, generalmente, va acompañada de la hermana pobreza.
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