El comportamiento humano es el producto de una fascinante interacción de los factores ambientales y genéticos.
Un equipo de politólogos estadounidenses dirigido por John Hibbing del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Nebraska han llegado a la conclusión, a través de un estudio, de que la gente que no se asusta fácilmente tiende a defender el pacifismo, el control de armas, el apoyo económico al Tercer Mundo y una política tolerante con la inmigración. Los más asustadizos, por el contrario, apoyan el patriotismo, el gasto en defensa, la guerra de Irak y la pena de muerte.
"La gente no sólo piensa en las cosas de manera diferente, se sienten las cosas de manera diferente".
Ésta es la primera vez que un estudio logra vincular las fuentes de las preferencias políticas con los mecanismos biológicos.
Y este vinculo, dicen los expertos, podría transformar la forma como la ciencia política y la ciencia social estudian el origen de esas preferencias.
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