Ida es una mono-lemur que vivió hace 47 millones de años. Tiene en vez de garras uñas como las de los seres humanos y sus pulgares opuestos, lo que la sitúa en el inicio de la raíz de la evolución humana.
El profesor del Museo de Historia Natural de Noruega, Jorn Hurum logró recopilar el millón de dólares que le pidió el tratante privado a cuyas manos llegó tras haber pasado 25 años colgada en la casa del cazador que la desenterro de un antiguo cráter volcánico cerca de Fráncfort.. Tras dos años estudiando en secreto el fósil por un equipo internacional de expertos en fósiles dirigido por el propio Hurum, aseguran que este ejemplar de Darwinius massillae parecido a un lémur, de un metro de altura y que en vida pesó de 650 a 900 gramos, era hervíboro y podría ser el "eslabón perdido", el antepasado común a simios y hombres, por la forma de algunos de sus huesos y otros indicios.
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