Era domingo y a varios amigos se nos ocurrió visitar Vera de Bidasoa para ver la casa de Pío Baroja. En la puerta de la casa se hallaba Don Julio Caro Baroja que muy amablemente nos invitó a entrar y con ello tuvimos la posibilidad de ver aquel museo de libros y también contemplar los cuadros de su tío Ricardo, todo ello acompañado de sus oportunas explicaciones. Nosotros eramos unos jóvenes universitarios y creo que aquel día recibimos la mejor clase, sobre todo una clase de sencillez y de humanidad. Vaya desde aquí mi pequeño homenaje de gratitud.
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Era domingo y a varios amigos se nos ocurrió visitar Vera de Bidasoa para ver la casa de Pío Baroja.
En la puerta de la casa se hallaba Don Julio Caro Baroja que muy amablemente nos invitó a entrar y con ello tuvimos la posibilidad de ver aquel museo de libros y también contemplar los cuadros de su tío Ricardo, todo ello acompañado de sus oportunas explicaciones.
Nosotros eramos unos jóvenes universitarios y creo que aquel día recibimos la mejor clase, sobre todo una clase de sencillez y de humanidad.
Vaya desde aquí mi pequeño homenaje de gratitud.
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